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Ipar Euskal Herria volverá a las aulas con mascarilla obligatoria para mayores de 11 años

El avance de la pandemia en el Estado francés no ha cambiado el calendario escolar. Los 12,3 millones de alumnos iniciarán este próximo martes un curso donde la mascarilla será obligatoria para todos los mayores de 11 años y que cuenta ya con un protocolo adaptado a posibles nuevas restricciones, según ha anunciado este miércoles el ministro.

Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación francés. (Alain JOCARD/AFP).
Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación francés. (Alain JOCARD/AFP).

Jean-Michel Blanquer, ministro de Educación de Estado francés, ha dado este miércoles una rueda de prensa para explicar las medidas tomadas sobre la vuelta a las escuelas. Finalmente se ha rechazado una vuelta escalonada, y los 12,3 millones de estudiantes de primaria y secundaria volverán a clase el 1 de setiembre, el próximo martes.

«La escuela no será una variable de ajuste a la crisis sanitaria. Por eso no quise aplazar el regreso a las aulas. Vamos a aprovechar los beneficios de la experiencia de mayo y junio», ha indicado Blanquer.

Una de las grandes medidas anunciadas por Blanquer ha sido que todos los adultos deberán estar con la mascarilla puesta en los centros escolares, incluidos los profesores de preescolar, que hasta ahora estaban exentos. Los alumnos mayores de 11 años también la tendrán que llevar puesta.

Esta mascarilla, tal y como ha sostenido este miércoles el primer ministro, Jean Castex, no será distribuida de forma gratuita, aunque departamentos como el de Essonne o el de Sena-Saint Denis se han rebelado contra esa controvertida decisión estatal y ofrecerán algunos ejemplares lavables a sus estudiantes. También el Departamento de Pirineos Atlánticos anuncia diez por alumno desde Secundaria.

El protocolo apuesta por las garantías sanitarias básicas, como un lavado frecuente de las manos y la limpieza y ventilación de las aulas y espacios comunes. Aunque deberán tratar de respetar la distancia física, no será obligatoria cuando no sea posible mantenerla o si es un obstáculo para acoger a todos los alumnos de una clase.

En caso de que se produzcan confinamientos localizados o cierres puntuales de una clase Blanquer ha señalado que el sistema «está preparado para mantener la educación con lecciones virtuales, de las que ya hay cientos de horas preparadas, y se ofrecerá apoyo extraescolar, con hasta tres horas semanales de ayuda si el estudiante lo solicita».

El Gobierno francés ha admitido que es un curso «particular» debido a la crisis sanitaria, pero no quiere que quede «marcado» por la respuesta a la pandemia.

Adaptación a la pandemia

El protocolo fue fijado en julio, pero las autoridades sostienen que no está desfasado, «porque la hoja de ruta contempla nuevas medidas en caso de una circulación más activa del virus», aunque no las han hecho públicas de momento porque la situación epidémica no lo requiere.

El Estado francés registra actualmente una media de 3.000 contagios diarios, frente a los 1.000 de hace semanas, y tiene 352 focos activos. Pero el Gobierno no quiere que esas cifras afecten al sector educativo: «La escuela empezará, debe reanudarse y lo hará el 1 de septiembre para todos los alumnos», ha dicho Blanque, con el deseo de que ese regreso se produzca «con la mayor normalidad posible».

Las garantías con las que el Ejecutivo presenta esa vuelta, no obstante, no convencen del todo a los sindicatos de docentes, que consideran que todavía quedan «numerosos ángulos muertos», como en el caso de los comedores, para los que no existen normas, sino recomendaciones.

El Gobierno mantendrá con ellos una reunión este jueves para acabar de despejar dudas y avanzó este miércoles que para contribuir a mejorar las condiciones los directores recibirán una prima excepcional de 450 euros y se destinarán 430 millones a revalorizar el salario de los profesores.

De cara al 1 de setiembre, no obstante, pide también la colaboración «esencial» de los padres, a los que les señala que no envíen a sus hijos a la escuela en caso de que tengan fiebre o posibles síntomas de la covid-19 en el niño o la familia.