Idoia ERASO

Una rueda de prensa sin mascarillas

Idoia Eraso. (Sylvain SENCRISTO)
Idoia Eraso. (Sylvain SENCRISTO)

Este jueves hemos podido ver en Angelu una imagen (no) inédita de la mano del alcalde de la segunda localidad más poblada de Ipar Euskal Herria y vicepresidente de la Mancomunidad Vasca, sentado junto al presidente del departamento de los Pirineos Atlánticos y hablando tranquilamente sin respetar la distancia de seguridad y sin mascarilla, ante la prensa. Claude Olive y Jean-Jacques Lasserre informaban sobre el trabajo que se está realizando para asegurar la zona del incendio que quemó 165 hectáreas de bosque el pasado julio.

Han repetido incontables veces la importancia de que la zona que se quemó en el incendio sea segura, y todo el trabajo llevado a cabo para ello. Cada vez que sonaba la palabra «seguridad« quedaba más en evidencia, sin embargo, la falta de respeto que muestran hacia la seguridad sanitaria y la salud pública.

Junto a ellos había una decena más de personas, todas ellas sin mascarilla, salvo el delegado del Gobierno, lo que ponía más en evidencia las caras descubiertas. Al otro lado de la mesa, la prensa, salvo unas pocas excepciones, todas y todos con mascarilla. En el lado público de la mesa, sin respetar las distancias de seguridad; entre los periodistas, sí. Una diferencia palpable, aunque parece que entre las personas que deben de dar ejemplo nadie se ha dado por aludido.

Al hablar de una imagen «no» inédita, hay que recordar la otra rueda de prensa de estos mismos representantes políticos sobre el mismo tema, el 6 de agosto. Entonces también se presentaron ante la prensa en la mismas condiciones. Sin tratar de excusar a nadie (ya que entonces también fue inadmisible), en aquellos momentos Ipar Euskal Herria todavía estaba en zona de bajo riesgo respecto al contagio de lcovid-19, por lo que dicho comportamiento concordaba más con la laxitud de cierta parte de la sociedad, y de hecho con la falta de mascarillas entre los miembros de la prensa.

Pero desde entonces la situación ha cambiado, estamos en zona naranja y los contagios se cuentan por decenas. Mirando a esas caras sin protección, ¿cómo se puede esperar que nos protejan?

Alguien debería de multar a esos políticos por su comportamiento arriesgado e irrespetuoso para con todas esas personas que han sufrido y que sufren, y que cumplen las medidas a pesar de lo difícil que puede resultar en ciertos momentos. Una multa debería ser simplemente popular, la sociedad tendría que sentirse airada y ofendida por el comportamiento de sus representantes políticos. Y la segunda debería de ser económica, por parte de las instituciones sanitarias y policiales, al ver a las personas que deberían dar ejemplo rompiendo las medidas sanitarias con total desfachatez, sintiéndose por encima de los simples ciudadanos que debemos y cumplimos con las medidas necesarias para parar esta pandemia.