En opinión del comité de empresa, integrado por tres delegados de ELA, tres de CCOO, dos de LAB y uno de UGT, tras una crisis sanitaria «durísima, en la que la plantilla se ha dejado la piel y en la que la sociedad ha reconocido la importancia vital de estos trabajadores, no se entiende la actitud inflexible de la dirección, más teniendo en cuenta que la alerta sanitaria se extenderá en el tiempo, y por lo tanto el estrés laboral continuará».

Frente a ello, añade en un comunicado, la plantilla ha demostrado «capacidad para el consenso, incluso realizando un esfuerzo considerable en sus reivindicaciones para facilitar los conciertos con el Gobierno de Navarra durante el pasado mes de enero».

Además indica que las últimas reivindicaciones planteadas son «económicamente asumibles por parte de la empresa».

El comité de empresa insiste en que no tener un convenio colectivo «genera inestabilidad, incertidumbre y unas malas relaciones entre la dirección y la plantilla», lo que puede afectar al servicio que se presta y más tras una crisis sanitaria como la vivida en esa clínica.

Los sindicatos recuerdan que el sector residencial en Nafarroa es un ámbito feminizado, con bajos salarios y una alta precariedad y en ese sentido subraya la importancia de que «se vayan mejorando las condiciones de trabajo de estas plantillas» y de que los derechos adquiridos en anteriores negociaciones no se vean deteriorados.