«El Drogas y Mamen son una pareja perfecta de baile»
El director navarro Natxo Leuza estrena en Zinemaldia ‘El Drogas’, un biopic sobre el referencial rockero en el que repasa su carrera. Consigue hilvanar todos los hilos en los que siempre anda enredado Enrique Villarreal y donde cobran especial peso la relación con Mamen Irujo, su ‘socia’, y la reconciliación con Boni (Barricada).
El rockero icónico, el activista peleón, el chaval de barrio y su ‘socia’ de toda la vida, el niño que todavía hace txipi-txapas en el río, el abuelo y el padre y el hijo, el lector voraz, el amigo que se reconcilia con el colega junto al que comenzó a ser invencible… Hay muchos Enrique Villarreal pero todos están en ‘El Drogas’, el documental de Natxo Leuza sobre la vida del músico txantreano que se estrena hoy en el Festival de Cine de Donostia, en la sección Zinemira, donde competirá por el Premio Irizar al cine Vasco.
Y junto con El Drogas, los suyos. Porque «si estás al lado de El Drogas, eres un buen tipo», dice Fito en la película (además del cantante bilbaíno en el documental intervienen, entre otros, Rosendo, Gorka Urbizu, Christina Rosenvinge, Carlos Tarque, Kutxi Romero, Marino Goñi, Clemente Bernad o Javier Gallego “Crudo”).
Y, por supuesto, Mamen, la ‘socia’, siempre a su lado y coprotagonista indiscutible en esta película, en la que Enrique Villarreal, el hombre que camina torcido para ver la vida equilibrada (o quizás sea al revés, la vida es un alambre torcido y El Drogas quien consigue mantener el equilibrio sobre él) y que no se deja nada en el tintero en este documental, en el que se desnuda, se despoja de su pañuelo en la cabeza y habla sin tapujos (o con silencios significativos) de Barricada, de su relación con las drogas, del alzheimer de su madre, de la muerte del primer batería del grupo, Mikel Astrain, o del emotivo reencuentro con Boni, tras el cáncer que arrebató a este la voz.
‘El Drogas’, producido por NARM films y Marmoka Films (y por los cientos de personas que han participado en el crowdfunding), es el primer largo de Natxo Leuza, después de recibir numerosos premios con cortometrajes como ‘Born in Gambia’. Junto con él han participado en este trabajo Iñaki Alforja, director de fotografía, Mikel Salas, autor de la música original, Fermin Urdanoz en el diseño gráfico, Daniel Ciaurriz en el sonido y María Guzmán, Ligorit y Rosa G. Loire en la dirección de producción. A solo unas horas del estreno en el Zinemaldia encontramos al director navarro con los nervios a flor de piel ante la puesta de largo y, a la vez, con la tranquilidad y el premio ya obtenido que le otorga saber que El Drogas y a Mamen se han quedado «a gusto» tras ver el documental.
Creo que El Drogas era reacio a hacer un documental sobre él. ¿Por qué a ustedes les dio el sí?
Pues no sé hasta qué punto ha rechazado propuestas como la nuestra, lo desconozco, pero a nosotros nos dio el sí porque creo que se lo propusimos en el momento justo. Había pasado el tiempo suficiente para hablar sobre su pasado y sobre la ruptura con Barricada desde la calma y sin rencor.
¿Cómo ha sido hacer una película sobre alguien como El Drogas, con una vida tan intensa, siempre enredando? ¿Cómo han conseguido hilar y equilibrar todo eso?
Ha sido muy complicado, porque Enrique es un artista incansable, siempre anda metido en diferentes proyectos, siempre está creando y además todo lo que hace o dice es interesante. Intentar meter todo eso en una película de ochenta minutos es imposible, así que fuimos eligiendo lo más interesante para contar quién es.
En ese sentido, la película arranca con una declaración de intenciones, incluso formalmente, con imágenes de conflictos, hechos históricos… ¿Se trataba de marcar territorio, dejar claro quién es El Drogas, su carácter peleón?
Más que dejar claro quién es, es contar por qué es como es. Todas esas imágenes nos dan pistas del tiempo que ha vivido Enrique y qué sucesos lo han ido marcando. Y esos hechos, marcan la trasformación de un país a la vez que el propio Enrique también se va transformando.
En otra entrevista hace meses contaban a GARA que su idea inicial era hacer un documental sobre música, pero que eso cambió a la vista de las diferentes facetas de El Drogas…
Bueno, no ha cambiado tanto la idea inicial. La película es un biopic sobre uno de los músicos más influyentes de la historia del rock de los últimos cuarenta años.
¿Qué referentes han manejado? Usted ha mencionado alguna vez alguna vez La mugre y la furia, el documental sobre los Sex Pistols…
Sí, mi referencia a nivel internacional es Julien Temple. Es un director que filmó como nadie la efervescencia del punk en la Inglaterra de finales de los 70. Su documental ‘ilth and the Furius’ me parece una obra de arte por cómo consigue unificar el contexto social de la época con la transformación de los personajes. A nivel nacional, no ha sido una referencia para la película porque lo acabo de descubrir, pero Alexis Morante ha hecho varios documentales musicales espectaculares como el de Bunbury, ‘El camino más largo’, el documental sobre Camarón, que es espectacular el trabajo de archivo que tiene, y el de Alejandro Sanz, que también es brutal. Creo que es un director a tener muy en cuenta.
En aquella entrevista anterior hablaban también de la universalidad de la película, por las historias de crisis y superación, la ruptura de Barricada, el alzheimer de la madre de El Drogas…
Esta película narra una historia universal y única. Ofrece el retrato humano de un músico que, tras haber liderado una de las mejores bandas de rock de la historia y haber disfrutado el éxito, conoce el rostro menos amable de la vida, es expulsado de su grupo por sus amigos y cae hasta tocar fondo. Es una historia de bajada a los infiernos donde esa situación hace que Enrique se replantee cuales son las cosas más importantes en la vida.
Respecto a eso, la reconciliación con Boni está muy presente, y también hay una historia de amistad que supera dificultades y baches.
Exacto, esa reconciliación con su amigo de toda la vida, es uno de los temas más importantes de la película. Es una decisión sacada de esas conclusiones que Enrique toma tras tocar fondo, tras sentirse traicionado, pero al final todo ese rencor desaparece en cuanto a su amigo le pasa algo muy trágico, empatiza con él y desde el momento que se entera de la noticia de su enfermedad, intenta reconciliarse y ponerse a su lado para lo que necesite. Esas son las decisiones realmente importantes que se toman en la vida.
Otra de las partes importantísimas de la vida de El Drogas es su familia. ¿Qué papel ha tenido Mamen en la película?
Mamen es el personaje más importante después de Enrique en la película. Es una mujer que hay que descubrir, porque es interesantísima. Tiene una gran personalidad, y un pensamiento propio y único. Ella se mueve por la vida con mucho humor y con cierta chulería, porque como dice ella, es de la Txantrea. En el trabajo es incansable, como El Drogas, por eso se complementan tan bien. Son una pareja de baile perfecta, con el mismo engranaje. Mamen intenta aplacar todo lo que le viene del exterior a Enrique para que pueda dedicarse a lo que sabe hacer, a crear historias, y a sacar todos sus proyectos adelante. No hay Enrique sin Mamen ni Mamen sin Enrique.
¿Y la madre de El Drogas?
Su madre ha sido de las figuras femeninas más importantes en su vida. Enrique nos dejó acompañarlo a la residencia Landazabal donde cuidaban de ella por su alzheimer. Nos contó con toda normalidad del mundo, como siempre hace Enrique hable del tema que hable, cómo fue ese proceso de ir acompañando a su madre en esa enfermedad tan dura. Y de ese día me llevo uno de los momentos más emotivos que viví con él. Después de cantarle, acariciarle y pasearle, saco un libro de poesía y le leyó un poema de Eduardo Galeano al azar, y casualmente se titulaba, Allá en mi infancia. Fue algo precioso.
El Drogas no ha eludido temas como las drogas, el sexo…
Enrique no elude ningún tema y habla de cualquier cosa con mucha tranquilidad y naturalidad. E incluyo también a Mamen, juntos nos cuentan muchas vivencias personales y como las han ido superado a corazón abierto.
¿En qué momento y por qué deciden parar? Porque la historia podría haber seguido…
Bueno decidimos parar justo después del confinamiento por el Covid 19. Creíamos que era el momento ideal, porque en ese parón pudimos avanzar mucho en montaje y desgraciadamente ya no había muchos eventos nuevos por grabar, así que pensamos que ese era el momento ideal para parar y cerrar la película.
Para acabar, ¿qué supone estar en el Zinemaldia y qué esperan?
Supone cumplir un objetivo. Todo el equipo, incluido El Drogas, queríamos estrenar en Donostia. Conocemos muy bien el festival, y nos apetecía estrenar en casa y en uno de los mejores festivales del mundo. Yo he estado varias veces pero nunca como director, es mi primer largo y estrenar en San Sebastián supone que la película comience de la mejor manera. Estrenamos en la sección Zinemira, películas de producción vasca. Y con muchas ganas de ver la reacción del público.