El colectivo conformado por trabajadores y empresas del mundo del espectáculo sigue con sus reivindicaciones y esta misma tarde esa preocupación que pesa en el sector por la situación que atraviesan se ha hecho visible en la fachada de numerosos edificios de toda Euskal Herria.
Con las 20.00 en punto, luces rojas han iluminado en Donostia el teatro Victoria Eugenia y el Kafe Antzokia Doka, así como el Palacio Euskalduna o el Arriaga, en Bilbo. También se han sumado a esta vistosa iniciativa Neurotika, la sala Jimmy Jazz de Gasteiz, Dazz Jazz club, Kubik, Baratza, también en la capital alavesa, el Ayuntamiento de Lizarra y la sala Niessen en Errenteria, entre otros.
Y al tiempo que desarrollan diversas movilizaciones, la plataforma del sector de eventos y espectáculos lleva a cabo diversas reuniones con los responsables políticos. El pasado lunes, Alerta Roja se reunió con el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes y en los próximos días se reunirá con los ministerios de Trabajo e Industria y Turismo.
El encuentro con Rodríguez Uribes fue «fluido y productivo», y este se comprometió a revisar por qué los profesionales del sector no han recibido prestaciones y subsidios, así como a plantear un trabajo entre el sector y los ministerios para la aprobación de los presupuestos generales del Estado basados en lo que aporta el sector a la economía. También se revisará el estatuto del artista tras la aprobación de presupuestos para incluir en él a las profesiones relacionadas.
El pasado 17 de setiembre, Alerta Gorria llevó a cabo una movilización en las calles de Bilbo, Gasteiz e Iruñea. También en otras 23 ciudades del Estado español. Su objetivo era denunciar el «olvido» en el que en su opinión les han dejado las administraciones públicas, incluido el Gobierno, y pedir una gran mesa de trabajo que promueva un paquete de medidas de rescate.
«Tras más de 200 días en los que muchos negocios han tenido que cerrar por verse incapaces de hacer frente a los gastos −que siguen siendo prácticamente los mismos aún a pesar de que la facturación e ingresos sean nulos, o prácticamente nulos−, la gran mayoría de las empresas del sector están al borde de la ruina. Además, un gran porcentaje de los profesionales, muchos de ellos autónomos, no han tenido acceso a ningún tipo de prestación por males endémicos relacionados con la intermitencia y temporalidad de la actividad», se lamentan desde Alerta Gorria.
«Son 7 meses sin tener ingresos y sin la certeza de un horizonte temporal lo que está poniendo en peligro la supervivencia de cientos de miles de profesionales y sus familias, así como de miles de empresas», remarcan.
Califican la situación de «límite». «Por ello los profesionales del sector nos hemos organizado para dejar de ser invisibles ante las Administraciones Públicas, responsables de adoptar medidas urgentes para garantizar la supervivencia del sector y de generar los mecanismos necesarios para poder abordar esta problemática de manera transversal entre el Ministerio de Trabajo, Hacienda, Asuntos Económicos, Cultura y Deporte, Industria y Turismo, Sanidad, Consumo y Bienestar, Comunidades Autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)», señalan.