El coordinador del Departamento de Salud y Osakidetza para el covid-19, Ignacio Garitano, ha evitado este miércoles anticipar si se van a adoptar cierres perimetrales de localidades concretas («yo no sé lo que va a ocurrir en el LABI de mañana») y ha preferido emplazar a la ciudadanía para que restrinja los contactos y relaciones más allá del ámbito convivencial.
La comparecencia de este miércoles, una de las dos que está ofreciendo Garitano por semana, se ha producido horas después de que los datos diarios constaten la mala evolución sobre todo en Gipuzkoa, donde ayer martes se contabilizaron más positivos que en Nafarroa. Y también después de que el lehendakari Urkullu haya abierto la puerta a confinamientos locales en la reunión del LABI que se celebra este jueves tarde. La posición de Lakua está bajo sospecha y ha quedado desbordada por la acción mucho más decidida de otros gobiernos autonómicos, especialmente Nafarroa.
En primer lugar, Ignacio Garitano ha repasado los datos de la semana pasada, del 12 al 18 de octubre. Entre 67.000 pruebas se han detectado más de 4.000 positivos, con Gipuzkoa a la cabeza superando los 2.000. Han fallecido en la CAV 44 personas por complicaciones derivadas del covid-19. En los hospitales hay 328 personas hospitalizadas a día de hoy, de ellas 59 en la UCI.
La incidencia acumulada ha pasado de 500 por 100.000 habitantes en Gipuzkoa, por vez primera, ha subrayado el coordinador sanitario. Y hay tres puntos de especial preocupación que han llevado a poner en marcha cribados masivos con PCR: en Durango, desde el martes y durante una semana; y en Ordizia y Zaldibia, desde la tarde de este miércoles hasta el viernes.
Dicho esto, ha traído a la colación las restricciones aprobadas el sábado y pendientes de aplicarse, añadiendo que «entre tanto es mucho lo que la ciudadanía puede hacer: reducir al máximo el contacto social con las personas con las que no convive, limitar las visitas. Somos conscientes de lo que estamos pidiendo, pero está en manos de todos nosotros reducir los contagios».
Preguntado insistentemente sobre si con ello está descartando confinamientos locales, de los que dijo en su anterior comparecencia que no le parecían especialmente «útiles», Garitano se ha mostrado muy esquivo. Ha dicho que, como mucho, sería una opción más, y que no funcionará si no se suma a otras muchas acciones colectivas e individuales.
Mientras enfriaba esta opción, Garitano ha puesto énfasis en defender las medidas anunciadas el sábado por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, y todavía no implementadas a la espera del aval judicial. Pese a que han sido consideradas generalizadamente como muy tímidas, el coordinador ha dicho que «pensamos que son medidas muy potentes».
Crecen contagios entre 13 y 16 años
Un último apunte ha sido para el ámbito educativo. Preguntado por la evolución de los contagios, Ignacio Garitano ha indicado que «las tasas varían por edades». En el tramo de 0-2 años y otros en que la vida en común de los pequeños está «muy ligada al aula» no se perciben dificultades, e incluso hay un ligero descenso de infecciones.
«Pero entre los 13 y 16 años, en que tienen más vida social fuera del colegio, hay un aumento de la tasa, parecido al de gente más mayor, de 17, 18 años...», ha admitido. De todo ello ha concluido que «seguimos pensando que el espacio escolar es seguro y así parece demostrarse».