El presidente del consejo ejecutivo de Corsica, Gilles Simeoni, expresó ayer su malestar porque «nunca hemos sido consultados ni sobre la implantación del toque de queda ni, más en general sobre la estrategia anti covid-19».
Mediante mensajes en redes fue todavía más explícito al detallar que fue informado a las 12.00 del jueves de que la implantación de un toque de queda, que rige desde la pasada madrugada para 46 millones de ciudadanos en el Hexágono y las colonias francesas de ultramar, sería anunciado, como así fue, a las 17.00 por el primer ministro galo, Jean Castex.
Le Conseil exécutif de Corse n’a jamais été consulté sur le #couvrefeu ni la stratégie anti-Covid
— Gilles Simeoni (@Gilles_Simeoni) October 23, 2020
Informé par le Préfet à 12h que la décision serait publique à 17h, j’ai découvert les modalités applicables à la Corse lors de la déclaration du PM @JeanCastex#dialogue#democratie
«He conocido las modalidades de esa medida que se aplicará en Corsica durante la declaración del primer ministro», remachaba el dirigente nacionalista.
A esa crítica le ha seguido el comunicado de Corsica Libera, la formación del presidente del legislativo corso, Jean-Guy Talamoni, que integra el gobierno insular.
«La implantación del toque de queda se hace sin ninguna concertación entre el Estado y la ciudadanía corsa, y después de una temporada turística en la que, contra lo que nosotros preconizamos, no se ha adoptado ninguna medida de protección», ha asegurado la formación independentista.
Corsica Libera enmarca esa actuación en el progresivo desgaste que está sufriendo la asamblea territorial «que pierde poco a poco su margen de maniobra frente a la política de prefectura», en alusión a la toma de decisiones que París canaliza por esa figura similar al delegado de gobierno.
Corsica Libera centra, en todo caso, sus preocupaciones en el agravamiento de la crisis social y económica derivada de esa política sanitaria disñada desde París para hacer frente al covid-19 y muestra su desconfianza sobre los efectos del toque de queda.
«Numerosos ciudadanos corsos han fallecido o han sido hospitalizados, los comercios cierran, y la precariedad aumentará en los meses a venir, en gran medida porque un Estado prioriza el dogma político que pasa por marginar al pueblo corso en vez de poner en marcha un verdadero plan de acción anti covid-19, elaborado de la mano de la mano de especialistas locales del sector sanitario y socioeconómico, y que tenga en cuenta el interés general de nuestra nación».
Datos sanitarios
Según los datos de las autoridades sanitarias francesas, a fecha de 20 de octubre, 73 personas han muerto en la isla mediterránea desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
Actualmente hay 89 casos declarados en el departamento del sur de la isla y 75 en el del norte. En el primero la tasa de positividad alcanza el 16,80 (227,2 casos por 100.000 habiotantes) y en el del norte se regisraban a sa fecha 215,11 casos por 100.000 habitantes (tasa de positivos 9,90).
A 20 de octubre había 53 personas ingresadas en los centros sanitarios insulares, de ellas diez en cuidados intensivos.