«Nadie piensa hoy en día que en 2023 o en 2024 se pueda finalizar esta infraestructura». Así de tajante se ha expresado el consejero de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes de la CAV, Iñaki Arriola, cuando le han preguntado por la puesta en marcha del Tren de Alta Velocidad (TAV).
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Arriola ha incidido en que su departamento mantiene una «irresolución muy directa» con el Ministerio de Transportes y con Adif para «definir de forma sensata y razonable lo que falta por hacer».
«Espero que hacia final de año o principio del próximo año tengamos un calendario en el que podamos incluir los tramos y las actuaciones pendientes y definir con una cierta certeza cuáles son los plazos razonables de ejecución», ha añadido.
Y ha indicado que el objetivo esta legislatura es acabar las obras licitadas en el tramo guipuzcoano, financiado por Lakua gracias a una encomienda de gestión, y finalizar el estudio informativo del tramo Astigarraga-Lezo».
«Por otro parte está el acceso del TAV a las ciudades. En Donostia estamos ejecutando las obras nosotros, con la encomienda de gestión, y la idea es continuar para que pueda finalizarse. Y en el resto tenemos que hacer convenios con instituciones territoriales», ha apuntado.
Las palabras del consejero evidencian un nuevo retraso en la ejecución de esta polémica infraestructura y echan por tierra las previsiones realizadas por la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia.
Basta con recordar que el pasado mes de febrero la consejera auguró que TAV podría ser «una realidad» en 2023, un año que ya puso sobre la mesa a comienzos de 2017, cuando advirtió de que la unión de la denominada ‘Y vasca’ con el Estado francés tendría lugar «sobre 2019 o 2020».
Los plazos de la conexión con Ipar Euskal Herria no se han cumplido, y ahora se abre un nuevo horizonte temporal que no se ha definido. Lo que sí se sabe es que Lakua ha incluido en el listado de proyectos que aspiran a ser financiados con los fondos de la Unión Europea, una petición de 2.712 millones de euros para obras relacionadas con el TAV, entre ellas la llegada y estación de las tres capitales.