Los técnicos han sostenido que los últimos datos de los que disponen sobre el movimiento de la ladera derecha del embalse de Esa son «llamativos y difícil de relacionar con nada» aunque han aseverado que la ladera tuvo «un movimiento muy superior y ahora está activa, inestable y se está moviendo».

Este movimiento, han apuntado, sigue ocurriendo «a pesar de que ya se han hecho actuaciones y se ha excavado» y han advertido de que la toma de datos de movimiento, que van mes a mes «no permiten saber si con una lluvia intensa se mueve».

Esta situación «genera incertidumbre, pero lo que está claro es que la ladera está inestable», han aseverado, al tiempo que han asegurado que «prácticamente toda la ladera se está moviendo, y las actuaciones a esa fecha, enero de 2020, no habían surtido ningún efecto y la movilidad es incluyo mayor a la anterior».

Ibarra ha explicado que a pesar de que «todas las presas tienen riesgo de rotura», aquellas construidas en estribos inestables «tendrían unas consecuencias catastróficas por el volumen de agua embalsada».

Ha mostrado sus «dudas en la efectividad de las actuaciones en la ladera, las galerías de drenaje» y ha apuntado que «parece difícil que se vaya a conseguir la seguridad con esas actuaciones, y más aún en un lugar con actividad sísmica» que, a su juicio, «requiere factores de seguridad altos».

Por ello, ha pedido instalar instrumentos de auscultación que doten de un registro continuo «que permita saber el comportamiento de la ladera ante sismos o agua intensa».

Una cuestión que, ha precisado, teniendo en cuenta la cercanía de municipios al pantano, «permitiría hacer alertas y tener más tiempo de respuesta ante lo que ocurra allí». «Los datos son fundamentales en este caso porque hay poco tiempo de reacción y respuesta para hacer una evacuación», ha sostenido.

El factor de seguridad de la presa es 1, «que significa que las fuerzas estabilizadoras son iguales a las que lo sujetan» por lo que «si soplamos, se escapa», ha detallado.

Por su parte, la alcaldesa de Zangoza, Lucía Echegoyen, se ha remitido a los informes y a los hechos cronológicos de la ladera que «desde su construcción ha mostrado inestabilidades», y que tras las demoliciones de las viviendas en 2019, se hizo un informe técnico de evaluación «que ponía de manifiesto importantes incertidumbres sobre el estado y seguridad de la ladera».

«No está clara la situación actual ni la eficacia de las nuevas obras anunciadas», ha advertido.

Todavía a vueltas con el «equilibrio estricto»

Desde el PSN, Jorge Aguirre ha señalado que la ladera se encuentra en «estricto equilibrio», una cuestión que han rebatido los técnicos en su turno de réplica, y le han señalado que «es una inventada» y han solicitado hablar de «equilibrio límite».

Aguirre ha apuntado que las obras se están acabando «con las máximas garantías, con 400 puntos de control para garantizar la seguridad de las obras, y la utilización de instrumentos de última generación», ha considerado que «debe seguir adelante» y ha apuntado que el informe recoge que «la acción sísmica no condiciona en principio la viabilidad».

Por Geroa Bai, Pablo Azcona ha recordado que el presupuesto inicial para el recrecimiento era de 120 millones «y vamos por el triple» y ha señalado que «durante la anterior legislatura se dio un avance importante, con un consenso con los agentes de la zona para realizar y constituir un grupo de trabajo interinstitucional».

Los técnicos han respondido señalando que «no se trata de un dinero tirado» sino que ha crecido el presupuesto «conforme se han tenido que instalar más anclajes».

Por EH Bildu, Adolfo Araiz ha mostrado la «preocupación por una situación y un debate técnico importante e incluso contradictorio» al tiempo que ha señalado que el gasto ya «está cerca de los 458 millones de euros» porque «a mayor descenso del factor de seguridad en la presa, hay mayor incremento del gasto».

Desde Navarra Suma Yolanda Ibáñez ha dicho que estudiarán el informe en detalle y ha recordado que el embalse «existe y va a seguir existiendo con recrecimiento o sin él» ya que «muchas personas beben de esa agua y también empresas y campos lo necesitan». Ha cuestionado si paralizar la obra ahora “sería más peligrosa o no” que continuar con ella.

Por último, desde I-E, Marisa de Simón ha aludido al 2013 «cuando ocurrieron las grietas enormes en las dos ubanizaciones» y ha planteado si «el llenado de la presa estabilizará la ladera y la presa o no».