Las bajas vuelven a protagonizar la actualidad del Eibar en vísperas de jugar en Mendizorrotza. José Luis Mendilibar recupera a Quique González, ausente el último mes por una lesión de rodilla, y a Esteban Burgos, que cumplió sanción el domingo. Pero pierde a Yoshi Muto, que sufre molestias en los isquiotibiales.
Una baja muy sensible, teniendo en cuenta el rendimiento en las últimas jornadas del japonés, que se ha ganado un hueco en el once de confianza de Mendilibar y que se une a las de Correa, Paulo, Cote, Enrich y Kadzior. El polaco se cayó a última hora de la convocatoria frente al Real Madrid y el club ha confirmado que sufre un proceso gripal.
Pese a las ausencias, Mendilibar puede conformar un once a su gusto. Más complicado es que, además, pueda realizar muchas rotaciones. Porque de los jugadores disponibles que no jugaron de inicio contra el Real Madrid, sólo Yoel –y su titularidad está, lógicamente, descartada–, Pedro León y, en mucha menor medida, Sergio y Recio han contado con la etiqueta de «titulares» en alguna ocasión con el técnico zaldibartara.
De hecho, la única novedad segura parece la de Burgos, aunque no está claro si a cambio descansará Arbilla o si el navarro regresará al lateral derecho, liberando a Kevin para jugar arriba. O si el jugador cedido por la Real se quedará en el banquillo, liberando una plaza en el once para Pedro León. Cualquiera de ellos formaría parte de una línea de tres por detrás del que se prevé único delantero, Kike, teniendo en cuenta que las lesiones de Muto y Enrich dejan a Quique y Unai Arieta como únicas alternativas.
Seas cuales sean los elegidos, el objetivo es evidente. Porque las sensaciones son «buenas, buenos partidos, los jugadores están bien pero, pero, pero –dice Mendilibar–. Te ves en la clasificación y ostras, estamos mucho en pocos puntos» y los puestos de descenso están muy muy cerca. En una temporada en la que «parece que hay más empates y cuesta mucho más ganar» y además ante «un rival directo», mañana más que nunca los azulgranas quieren «ganar».
Lo intentarán ante un Alavés con un concepto de juego «muy diferente» al del Eibar pero «muy peligroso». Y al que Mendilibar se enfrenta con optimismo porque «vamos sabiendo qué tenemos que hacer, que es lo más importante. Sabiendo también qué rival tenemos enfrente y que puede jugar mejor y ganarnos. Pero sabemos qué tenemos que hacer para jugar este partido».
El Alavés, que conoció este lunes el alcance de la grave lesión de Ely −se perderá lo que resta de temporada por una rotura en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda−, está prácticamente obligado a volver a la senda del triunfo después de dos derrotas consecutivas ante rivales directos (Huesca y Celta) y para ello, Machín recupera a Laguardia para conformar la línea defensiva habitual con Ximo Navarro y Duarte en los laterales y el maño junto a Lejeune en el centro de la zaga.