Un total de 7.200 cabezas de ganado podría tener la granja de la cooperativa Valle de Odieta tiene en Caparroso, duplicando su capacidad actual de 3.400 cabezas. Así, lo ha establecido al menos el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa (TSJN), que ha estimado parcialmente el recurso contencioso-administrativo presentado por la cooperativa contra la resolución del Gobierno navarro que en 2018 denegó la concesión de una nueva autorización ambiental, según informa el Ejecutivo.
El TSJN, según explica el Gobierno navarro, reconoce el derecho de Valle de Odieta a recibir la declaración ambiental integrada para pasar de 3.450 a 7.200 cabezas, con las instalaciones que sean necesarias y el paso a régimen termófilo de la planta de biometanización en Caparroso.
El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, que dirige Itziar Gómez, asume la sentencia, pero anuncia que «seguirá trabajando hacia un marco jurídico que regule estrictamente la ubicación de macrogranjas en Navarra».
La idea es clara. Se busca una ley que evite que en Nafarroa existan este tipo de macrogranjas, aunque la de Caparroso pueda tener vía libre para ello con la normativa vigente. Según el Gobierno navarro, «las explotaciones de gran tamaño pueden conllevar consecuencias graves e irreparables para el sector ganadero navarro, para el medio ambiente y para el territorio, dado su importante impacto desde el punto de vista social, económico, medioambiental y, sobre todo, sanitario».
Segunda sentencia contra el control
No es la primera vez que Valle de Odieta y el Gobierno navarro se ven las caras en los tribunales. En verano del año pasado, el TSJN dejó sin efecto un decreto de la Consejería de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administación Local (entonces dirigida por Isabel Elizalde) que establecía en 1.250 el número máximo de cabezas en las explotaciones de vacuno de leche. Se trata de un número sensiblemente inferior al barajado por Valle de Odieta para su ampliación en Caparroso e, incluso, superior al que tiene actualmente.
El objetivo de este decreto era el mismo que el de la ley anunciada por el departamento de Gómez, impedir la instalación de macrogranjas en Nafarroa, apostando, de paso, por las explotaciones de menor tamaño con un modelo sostenible que contribuya a fijar población en zonas amenazadas por el despoblamiento.
Efectivamente, quien presentó el recurso contra el decreto de Elizalde fue Valle de Odieta, que en pocos meses ha conseguido dos sentencias que pueden permitirle su tan ansiada ampliación de la granja de Caparroso.
Valle de Odieta es también el promotor de la macrovaquería de Noviercas, población en la castellana provincia de Soria que se encuentra a apenas 40 kilómetros de la muga con Nafarroa, en el Mojón de los Tres Reyes. En este punto busca construir, no sin polémica, una macroexplotación de casi 20.000 vacas. Precisamente, 20.000 son las cabezas de ganado que componen la cabaña de vacuna en Nafarroa. Sí, el plan es llevar a un pueblo de Soria el equivalente a todas las vacas de Nafarroa.
Desde el sector se ha barajado la sospecha de que el proyecto de Noviercas en realidad era una forma de presión a las autoridades navarras para que permitieran la ampliación de la granja de Caparroso, con una especie de deslocalización del sector vacuno. El TSJN ha desbloqueado esta vía.
Rechazo al macroproyecto de Noviercas
En cualquier caso, aunque a priori pudiera parecer que en Castilla no se iban a encontrar las trabas políticas a las macrogranjas que existen en Nafarroa, la oposición al proyecto existe. Se cuestiona el impacto ambiental y económica de una macroinfraestructura de estas características en una zona escasamente poblada.
En este entorno cercano al Moncayo, ya sufren niveles de contaminación importantes, como en el río El Val. Esta circunstancia aparece en las alegaciones contra el macroproyecto de Noviercas presentadas por Ecologistas en Acción.
Desde Greenpeace se califica el proyecto de Noviercas de «faraónico» y se destaca que 20.000 vacas emitirían 574.000 toneladas de CO2 equivalente al año. La misma cantidad que 122.000 coches circulando en un año.
Greenpeace defiende otro modelo de ganadería que supere el centrado en producir la mayor cantidad de leche, en el menor tiempo posible y lo más barata que se pueda.
La sociedad Hacendera, que busca promover la vida y la cultura sostenible en Soria, tambián ha presentado alegaciones a la planta de Noviercas. Entre sus motivaciones señalan que este tipo de macroexplotaciones provocan competencia desleal con los pequeños ganaderos y que generan poca mano de obra, temporal y que no se queda en los pueblos. Pone como ejemplo, la granja de Caparroso de Valle de Odieta y recuerdan que ha acumulado 19 denuncias y once sanciones.