James Harden ha conseguido lo que quería, saliendo por la puerta falsa pero a toda fanfarria de los Houston Rockets camino de los Brooklyn Nets, en el que, como en sus tiempos en los Oklahoma City Thunder, volverá a coincidir con Kevin Durant, formando así un tremendo «Big Three» junto con Kyrie Irving para optar al anillo de la NBA.
Pero la polémica marcha de «La Barba» de Houston ha terminado en un baile con hasta cuatro equipos involucrados: aparte de los Rockets y los Nets, los Indiana Pacers y los Cleveland Cavaliers también han visto su nombre estampado en un corrimiento de tierra de mucho cuidado, en el que, más allá de la capacidad del papel de aguantar lo que le echen, habrá que verse sobre el parqué quién sale mejor o peor parado.
Antes de empezar el desglose, hay que subrayar que James Harden se ha salido con la suya. Máximo anotador de la NBA en las tres últimas campañas, en las que ha coleccionado un MVP en la campaña 2017/18 y ha superado los 30 puntos por partido, el escolta zurdo había dicho con todas las letras que no quería continuar en la franquicia texana. Su ilusión es la de volver a pelear por un anillo y, según su criterio, en la plantilla de los Rockets no hay nivel suficiente como para ser un «contender» de garantías ante las dos franquicias de Los Angeles y otrás más.
De ahí sus hirientes declaraciones, su pésima forma física y su ausencia de los entrenamientos, un paso este último recomendado hasta por los rectores de la propia franquicia, entendiendo que «es lo mejor para todos».
Al final, cuando en Euskal Herria se cerraba la noche del miercoles a jueves, ha llegado el esperado deslizamiento de un sinfín de fichas para contento de «La Barba», para alegría de los que especulan sobre qué puede dar cada cual en un ambiente distinto, y para conmoción del resto del mundo.
En resumen, los Brooklyn Nets se han hecho con los servicios de James Harden hasta la campaña 2022-2023 y una elección de segunda ronda de Cleveland de 2024. La franquicia neoyorquina opta desde el primer momento a ganar el anillo, su apuesta es esa, porque en realidad, en este trueque a múltiples bandas ha tenido que soltar un montón de lastre para poder así cuadrar las cuentas.
Antes de continuar, hay que recordar que «La Barba» pasará a ser el jugador mejor pagado de la franquicia. Cobrará 41,2 millones de dólares está temporada –solo por detrás de Stephen Curry, Chris Paul y Russel Westbrook–, que ascenderán a los 44.310.840 la temporada 2021/22 y hasta los 47.366.760 de dólares la temporada 2022/23. Si a ello se le suma que Durant ya cobra más de 39 millones de dólares, y en tercer lugar Kyrie Irving con 33.460.350 de dólares, huelga decir que la franquicia neoyorquina se la juega a una carta y más le vale que tenga éxito.
«Solo un necio confunde valor y precio», dejó escrito Francisco de Quevedo, pero lo cierto es que los Nets deben ganar ya un anillo, porque solo Irving se mantiene por debajo de los 30 años dentro del «Big Three» de Brooklyn, y la cantidad de jugadores y rondas del draft que han tenido que poner sobre la mesa los obliga, o poco menos, a reinar en el Este como mínimo, por delante de Celtics, Miami, Milwaukee o Philadelphia, y a competir por el triunfo final.
Lo que reciben los demás
A cuenta de la salida de Harden, los Rockets han recibido un baúl entero de jugadores y rondas del draft. De Indiana Pacers ha llegado Victor Oladipo, y de los Nets Dante Exum, Rodions Kurucs y tres elecciones de primera ronda de Brooklyn (2022, 2024 y 2026). Asimismo, la franquicia texana ha adquirido también una elección de primera ronda de Milwaukee (2022, vía Cleveland) y cuatro derechos a intercambiar la primera ronda con Brooklyn (2021, 2023, 2025 y 2027).
Houston también se ha hecho con un ex All Star como Oladipo que estuvo mucho tiempo lesionado en los últimos dos años pero que en esta temporada ya luce mejor físicamente y está teniendo una media de 20 puntos, 5,7 rebotes y 4,2 asistencias por partido. Su condición de agente libre al final de esta campaña ha decidido a los Pacers a deshacerse de uno de sus mejores valores estos últimos años, hasta que han empezado sus problemas físicos. Con todo, juntándolo con John Wall, los texanos apuestan a seguir compitiendo en el Oeste.
Asimismo, el australiano Dante Exum y el ala-pívot letón Rodions Kurucs –hermano mayor del baskonista Arturs y otrora canterano del Barça– son jugadores jóvenes que podrán tener un poco más de oportunidades en un equipo de plantel corto como es el de los Rockets.
Indiana Pacers va a recibir a Caris LeVert –otra de las apuestas más jóvenes de los Nets, cuyo salario han tenido que quitarse para asumir la pantagruélica operación–, una elección de segunda ronda de Houston de 2023. Caris LeVert esta promediando 18,7 puntos, 4,8 asistencias y 4,2 rebotes desde la temporada 2019/2020 y puede ocupar el lugar de Oladipo, pero con contrato hasta 2023.
Los Cavaliers no han debido ceder ninguna pieza de su rotación y se han hecho con Jarret Allen, que con 22 años es uno de los interiores más prometedores de la NBA –11,2 puntos, 1,6 tapones y 10,4 rebotes de media en la 2020-2021– y a Taurean Prince.
Efectos colaterales
James Harden pasará a formar un trío que puede ser temible con Kevin Durant y Kyrie Irving. Cada uno de los tres jugadores promedian más de 22 puntos por partido y en ataque, son de lo mejor que ha visto la NBA en la última década, capaces de anotar de varias formas. La incógnita está en como encajarán dentro de la cancha, teniendo que repartirse responsabilidades, como también fuera de la pista.
Evidentemente, esta tremenda operación ha dejado muchas heridas sobre demasiados lomos, empezando por los propios Houston Rockets. Después de caer por 100-117 ante Los Angeles Lakers, Harden dejó clara su idea de irse de la franquicia texana porque la plantilla «no es lo bastante buena» para optar a un anillo.
Harden no es ni la primera ni será la última estrella en soltar alguna boutade del estilo con tal de forzar su marcha, pero lo cierto es que «La Barba» se ha esforzado mucho en pasar de héroe a villano en Houston. Tanto es así que hasta todo un DeMarcus Cousins –otrora pívot estrella de la NBA y especialista en meterse en demasiados charcos, y a día de hoy veterano que cobra el mínimo asignado a los veteranos tras verse arrasado por las lesiones– le ha enmendado la plana.
«Solo el acercamiento al campo de entrenamiento, mostrándose como lo hizo, las payasadas fuera de la pista, ya dieron toda una exhibición de que la falta de respeto de la pasada noche había comenzado mucho antes», ha subrayado Cousins. «No fue algo que se dio de repente anoche, pero dicho esto, esta es la parte desagradable del negocio», ha admitido.
Harden se dedicó a estar de fiesta con el rapero Lil Baby mientras sus compañeros ya entrenaban y luego fue forzado a permanecer en cuarentena hasta que diese negativo por covid-19 y pudiese cumplir con los protocolos de salud y seguridad de la NBA.
La ausencia de Harden impidió que el equipo pudiese comenzar a trabajar con los planes del nuevo entrenador Stephen Silas, que sustituyó en el puesto al veterano Mike D'Antoni, además de tener otras adquisiciones como el base John Wall y el propio Cousins.
Harden fue nuevamente marginado durante cuatro días y la NBA lo multó con 50.000 dólares por violar los protocolos de salud y seguridad de la Liga después de que apareciera un vídeo de él asistiendo a una fiesta privada bajo techo días antes de la apertura programada de la temporada de los Rockets, el 23 de diciembre, que fue pospuesta debido a la falta de jugadores disponibles.
«(Harden) puede sentir lo que quiera sobre la organización o cualquiera que sea su situación actual, pero los otros 14 muchachos en el vestuario no le han hecho nada. Que estemos en el lado receptor de algunos de los comentarios y payasadas irrespetuosas, es completamente injusto para nosotros», ha insistido, categórico al decir que dentro de la plantilla lo que pudiese hacer Harden ha dejado de importarles desde el momento que él mismo «se perdió el respeto y se marginó».