En agosto de 2015, y tras los «larguerazos» de Copa y Europa League, el Athletic ponía fin a tres décadas de sequía derrotando al Barcelona para alzar la segunda Supercopa de su historia. Cinco años y medio después, este domingo le esperan en La Cartuja (21.00, Vamos) el mismo trofeo y el mismo rival.

Pero aunque sea una nueva reedición del «David contra Goliath» todo se prevé diferente en la noche sevillana. Desde une escenario sin color por una pandemia que tiene al mundo paralizado y desconcertado, hasta el propio formato del torneo: si la dificultad de aquel la ponía, además del rival, el doble partido, esta vez corresponde al hecho de tener que ganar a Real Madrid y Barcelona en el plazo de apenas cuatro días para poder alzarlo. Pasando por los actores. El gran protagonista de aquella final se pierde esta por meses, aunque Aritz Aduriz, cuatrigoleador en aquella Supercopa, está presente en Sevilla de algo más que «espíritu»: este sábado ha visitado a los rojiblancos en su hotel de concentración.

De los compañeros que disputaron algún minuto junto al guipuzcoano en la final de 2015, solo De Marcos y Balenziaga siguen en la plantilla. Y, desde luego, tampoco es la misma la trayectoria de los dos finalistas, bastante alejada de la que se les presupone. El Athletic incluso ha tenido que recurrir al cambio de entrenador. Y qué decir del Barcelona que, si en aquel agosto de 2015 se encontraba en el ecuador de la etapa triunfal de Luis Enrique –Ligas, Copas, Champions, Mundialito…–, hoy se encuentra sumido en una profunda crisis económica, institucional y deportiva.

Otra cosa es cómo se reflejará todo eso en el campo. Porque hace apenas diez días que el Barcelona pasó por San Mamés, en una situación similar a la actual, y se llevó los tres puntos pese a haber tenido que remontar un gol en contra. Claro que quizá el Athletic no sea exactamente el mismo que entonces. No es que a Marcelino, que precisamente debutó como técnico rojiblanco en ese choque, le haya dado tiempo a cambiar demasiado en un equipo que recurrió al cambio de entrenador para tratar de mejorar su mala dinámica pero entre aquella derrota y esta final se ha producido un suceso que bien podría ejercer también de revulsivo: la victoria frente al Real Madrid en un buen partido y con una plaza en la final en pugna.

El propio Marcelino ha reconocido este sábado que los dos partidos le valen como referencia para una final que sus jugadores afrontan con toda la ilusión del mundo. Y, en principio, con unos mimbres similares a los del jueves. El técnico ha asegurado antes de la última sesión que tiene las dudas de Williams, Dani García y Muniain, aunque confía en que los tres estén en condiciones. Lo cierto es que el propio Williams ha asegurado después que se trata sólo de cansancio y en las pocas imágenes que ha trascendido del entrenamiento en La Cartuja se ha visto a los tres trabajando junto a sus compañeros. Pese a los pocos días de recuperación, el técnico asturiano podría repetir el mismo once que se enfrentó al Real Madrid.

En el Barcelona, la gran duda sigue pasando por Leo Messi. El argentino, que se perdió la semifinal frente a la Real, ha entrenado hoy con el resto del equipo pero, según ha asegurado Ronald Koeman en la rueda de prensa previa a la final, será el propio Messi el que decida si está en condiciones de jugar. Si no lo hace, Braithwaite acompañará a Dembelé y Griezmann en un partido «dificilísimo» según Sergio Busquets. «No hay que desmerecer al Athletic –ha advertido–. Va a ser un partido dificilísimo, en el que tenemos que dar nuestro mejor nivel».

La visita de Aritz Aduriz a la concentración rojiblanca, que el Athletic ha hecho pública a través de sus redes sociales.

珞 @AritzAduriz11 no podía perderse la final de mañana...

 ¡SORPRESA!#Supercopa  #AthleticClub 女 pic.twitter.com/AEOHwh9bAQ

— Athletic Club (@AthleticClub) January 16, 2021