Estos primeros cambios que introducirá Biden nada más ser investido presidente de EEUU han sido anunciados por su equipo de transición en un comunicado en el que precisa que también suspenderá el veto de entrada a residentes de ciertos países musulmanes.
Ayuda económica a las familias más necesitadas y refuerzo de la lucha contra la pandemia del coronavirus figuran también en la larga lista de las que serán las primeras acciones de Gobierno de Biden, dirigidas «no solo a revertir los graves daños de la Administración Trump, sino también a empezar a que el país avance».
Un hito en este golpe de timón es que el inmunólogo Anthony Fauci va a intervenir en nombre de Estados Unidos en una reunión del Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud este jueves, según ha explicado a los periodistas Jeff Zients, encargado de la respuesta a la pandemia del nuevo gobierno.
Para limitar la propagación del virus, el presidente va a firmar un decreto para que sea obligatorio el uso de mascarillas en los edificios federales y para los empleados del gobierno estatal. Además, con el objetivo de paliar los efectos de la crisis generada por la pandemia, prevé una moratoria contra los desalojos y congelar los préstamos estudiantiles federales.
Para Biden, la lucha contra el calentamiento climático es otra prioridad de su mandato y nada más llegar a su despacho va a enviar un correo a la ONU para que Estados Unidos pueda volver en un mes al Acuerdo de París contra el calentamiento global, ha señalado Gina McCarthy, responsable de este asunto en el nuevo gabinete.
También quiere revertir una serie de medidas de desregulación ambiental tomadas por Trump. Entre ellas, va a revocar la autorización para el controvertido oleoducto de Keystone XL, que une Estados Unidos y Canadá.
Cambios drásticos en política migratoria
En materia de política migratoria, el nuevo presidente romperá con la ola de decretos que conformaron la doctrina de Trump, que buscó que la lucha contra la inmigración irregular fuera un sello de su Gobierno. Así, ha anunciado que va a anular un decreto migratorio muy controvertido que prohíbe la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de países mayoritariamente musulmanes.
Además va a suspender los trabajos de construcción del muro en la frontera con México, financiado con presupuesto del Pentágono, lo que generó agrias pugnas que agitaron la presidencia de Trump.
En el ámbito legislativo, Biden pasa a presentar un proyecto al Congreso. Uno de los principales puntos es que va a dar a cerca de 700.000 jóvenes llegados como indocumentados en la infancia acompañando a sus padres, el colectivo conocido como los ‘soñadores’, una vía para su naturalización.
Los migrantes beneficiados por el Estatuto de Protección Temporal, una protección que Trump intentó suprimir, al igual que la que beneficiaba a los ‘soñadores’, también están incluidos en un plan de varias etapas que puede culminar con su nacionalización.
«Será un privilegio trabajar con el Congreso para pasar una reforma legislativa sobre inmigración que ofrece esa vía y una solución permanente a lo que claramente es un sistema roto», ha señalado Alejandro Mayorkas, elegido para dirigir el Departamento de Seguridad Interior, que gestiona la política migratoria, durante su audiencia de confirmación en el Senado.
El proyecto también incluye fondos adicionales para aumentar la vigilancia y los controles fronterizos y un plan de asistencia para El Salvador, Guatemala y Honduras, el país de origen de la mayoría de esos migrantes. Esa iniciativa irá a debate en un Congreso que estará dominado por los demócratas en ambas cámaras.
Los consejeros de Biden han anunciado que esta batería de medidas son las primeras de una serie de cambios que el Gobierno va a impulsar en los próximos días.