Taxis, furgonetas de repartidores y camiones de transportistas han encabezado la manifestación por el empleo digno que ha aglutinado este sábado en Gasteiz a cientos de trabajadores de diversos sectores, convocados por más de medio centenar de comités de empresa de Araba y apoyados por varias centrales sindicales y asociaciones de pensionistas, parados y hosteleros, entre otras.

La marcha ha denunciado la pasividad de las administraciones ante la pérdida y precarización del empleo y ha exigido que «quienes gestionan lo común atiendan lo que hoy reivindicamos numerosos comités de empresa, colectivos y la sociedad, en definitiva».

Petos, pañuelos o pegatinas de diversos colores y con distintos anagramas, así como numerosas pancartas, han dejado constancia de la variedad de sectores que se ha sumado a la movilización.

Con lemas como «Gobierno y Parlamento, en confinamiento», «Araba borrokan enpleguaren defentsan», «Gobierne quien gobierne las pensiones se defienden», han reclamado a las instituciones un giro de 180 grados para que asuman su responsabilidad.

Así, han demandado que «las instituciones acepten que deben actuar y no se excusen en la pandemia cuando las empresas priorizan el despido, los sectores juveniles se precarizan o ante las reivindicaciones de reforzar las pensiones de los mayores.

Asimismo, han exigido que hablen y escuchen a sectores como la hostelería, los taxistas, la enseñanza o el transporte cuando se adopten medidas que les afectan.

La participación y las distancias de seguridad han hecho que la marcha se alargara hasta ocupar en un momento las calles General Álava, Independencia y La Paz.

A la altura del hospital de Santiago, un grupo de trabajadores de Osakidetza ha reclamado empleo digno en sanidad, y sus carteles luminosos con el lema «%100 publikoa» han sido saludados por la manifestación con el grito de «Menos policía, más sanitarios».

En el acto que ha puesto fin a la manifestación, en la plaza de la Virgen Blanca, han advertido a las instituciones de que no es suficiente «un gesto de pena» y que no deben tolerar «que los ricos sean cada vez más ricos mientras la clase trabajadora está cada vez más empobrecida».

La movilización surgió en uno de los encierros de los trabajadores de Aernnova, a los que se sumaron los comités de SDA factory, Laminaciones Arregui, Alestis, TLA-antigua Condesa, Elecnor, Cartonajes Igamo, Garbialdi o los Centros de Salud OSI Araba y Hospital Santiago, entre otros, hasta más de medio centenar, con el respaldo de los sindicatos LSB-USO, ESK, CGT, CNT LAB y Steilas.

Igualmente se han adherido desde riders de Glovo a la Asociación Martxoak 3 o los trabajadores de rocódromos.

Los convocantes, que han hecho coincidir la convocatoria con el aniversario de la huelga general, han subrayado que «se trata de un problema transversal que sufrimos todos».

Ademas, han mostrado su intención de continuar con esta unidad de acción, al señalar que esta manifestación, que ha querido «romper la clasificación por sectores y la desunión» de diversas luchas, «no es el punto final, sino que la dinámica nace hoy».