La Super Bowl del año pasado vio por vez primera a una mujer como técnico en uno de los banquillos. La pionera fue Katie Sowers, asistente del coordinador ofensivo de los San Francisco 49ers. Para su desgracia, no pudo ser la primera en celebrar en poseer un anillo de campeona.

Esta temporada se romperá otro techo de cristal en uno de los eventos deportivos más vistos del mundo, con una audiencia televisiva de alrededor de 180 millones de personas. La protagonista se llama Sarah Thomas, y formará parte del equipo de siete árbitros que pitará la final entre Kansas City Chiefs y Tampa Bay Buccaneers.

En un partido de la NFL hay siete colegiados, apodados ‘cebras’ por su vestimenta a rayas negras y blancas. Dos se sitúan tras el quarterback –el árbitro principal y el umpire–, dos en cada lateral –down judge, line judge, field judge, side judge– y uno en la zona de atrás del equipo que defiende, el back judge. Además de señalar las infracciones, cada uno tiene atribuidas funciones específicas para el buen desarrollo del encuentro. Thomas será juez de down, que se encarga de controlar que las mediciones de las yardas ganadas sean correctas.

Ya se había convertido en 2015 en la primera árbitro de la NFL, y en 2019 participó en un encuentro de play off. Tan solo unos años antes parecía que su límite estaba en los torneos de instituto. El football universitario, y por supuesto la NFL, eran territorio vedado. Su destino cambió cuando un ojeador de la liga profesional le vio en acción durante un encuentro, y consideró que era una buena candidata para ir subiendo peldaños.

«Fui a la División 1 –la mayor categoría universitaria– y cambió mi carrera», ha solido relatar. De ahí le llegó la oportunidad de la NFL, y en setiembre de 2015, el mismo mes en que cumplió 42 años, debutó en un Kansas City Chiefs-Houston Texans.

«Confianza, pero no arrogancia»

Nacida en Pascagoula, Mississippi, creció jugando al baloncesto y al softbol. «Me crié con hermanos. Jugué en una liga de baloncesto masculino. Nunca he permitido que mi género sea una muleta o una razón para que la gente actúe de cierta manera. Si sienten algo por mí, ese es su problema, no es mío», comenta.

En cuanto a las características necesarias para arbitrar una competición tan mediática como esta, señala que «tienes que ser capaz de aceptar las críticas constructivas. Tienes que tener un aire de confianza, pero no arrogancia. Necesitas un sexto sentido. No puedes tomarte las cosas personalmente. Todo eso es un reflejo de mi educación y mis años practicando deportes».

Esta responsabilidad necesita una gran preparación, tanto física como mental. «Todo va de la mano. Si no estuviera en buena forma física, no podría desempeñarme a una alta capacidad; si no pudiera manejar el estrés y compartimentar, no podría hacer este trabajo».

La árbitro de la NBA Natalie Sago conversa con el jugador Yuta Watanabe, de Toronto Raptors. (Mike Ehrmann / AFP)

Las mujeres siguen haciéndose un hueco cada vez mayor en el arbitraje. En la NBA, Natalie Sago y Jenna Schroeder se convirtieron el pasado 25 de enero en las dos primeras mujeres que juzgan juntas un partido, al pitar el Orlando Magic-Charlotte Hornets. En el baloncesto profesional estadounidense hay tres árbitros en cada choque.

La NBA ha utilizado a 76 árbitros en lo que va de temporada; siete son mujeres, el mayor número en la historia de la liga. Cinco de ellas son además integrantes de la lista de árbitros a tiempo completo.