El Eibar no ha podido pasar del empate ante el Valladolid. Los azulgranas han firmado una buena actuación y han sido capaces de reponerse al jarro de agua fría que les caía a los cinco minutos de partido con un penalti transformado por Roque Mesa. Pero la remontada no ha sido completa y han tenido que conformarse con un punto que les da el golaverage con los vallisoletanos, a los que se impusieron en la primera vuelta, pero les mantiene empatados con el propio Valladolid, que sigue en descenso, apenas se alejan de Elche –a tres puntos y con dos partidos menos– y Huesca y pueden ver ampliada su desventaja con los equipos que les preceden en la clasificación. El empate se queda corto, en definitiva.
El partido ha empezado ciertamente mal. El Valladolid, que saltaba al verde con un once de circunstancias –diez jugadores se ha dejado en casa entre sancionados y lesionados, incluyendo varios titulares habituales–, con su entrenador cuestionado y una racha incluso peor que la de los armeros, ha entrado mejor. En cuatro minutos ha forzado un par de córners y para el quinto, un penalti claro de Arbilla a Guardiola, que Roque Mesa ha convertido en el 0-1.
Le ha sentado fatal al Eibar, que no ha sufrido en exceso porque su rival dominaba pero no apretaba, pero que ha necesitado unos cuantos minutos para darle la vuelta a la situación. Eso sí, una vez que lo ha conseguido, no ha dejado atisbo a la duda y el partido ha quedado totalmente en sus manos. Un tanto descompensado porque todo el peligro llegaba por la izquierda con Bryan Gil y un muy entonado Rafa Soares, pero ha buscado la portería de Masip con ganas. La recompensa la ha firmado Kike, cabeceando a la escuadra el 1-1 tras conducción de Arbilla y centro medido de Bryan.
El partido se ha ido igualando después y así ha seguido a la vuelta del descanso. Hasta que el Eibar ha vuelto a pisar el acelerador. No es que Masip haya tenido que intervenir demasiado porque a los azulgranas les ha costado acertar entre los tres palos pero al menos ha vivido el encuentro con una tensión que Dmitrovic ni ha olido. El Valladolid sólo se ha acercado en una ocasión –en una acción a balón parado que ha acabado con gol del debutante Rubio bien anulado por fuera de juego– y en la última media hora prácticamente se ha limitado a defender y cruzar los dedos para que la mala puntería de los armeros en su estadio se prolongase una jornada más. Lamentablemente, así ha sido.
Agua, por tanto, también en el segundo de los cinco encuentros que enfrentará al Eibar consecutivamente con rivales directos. El próximo será el Elche el próximo sábado en el Martínez Valero.
Dos notas emotivas
El partido ha dejado dos apuntes para la pequeña historia azulgrana. Cote ha entrado al campo en el minuto 63, para disputar su primer partido desde que se rompiera el cruzado hace casi siete meses, en el último partido de la pasada Liga, que enfrentó a Eibar y Villarreal en El Madrigal.
Si la emoción en su caso ha sido por un inicio, o un «reinicio», en el de Zapico ha sido por un final. El de su larguísima carrera en el Eibar. Un día después de cumplir los 70 años, Ángel Fernández Zapico, eterno utillero azulgrana –entre el sinfín de responsabilidades que ha tenido a lo largo de medio siglo en el club– pone fin a 51 años de trabajo en el Eibar.