Ibai Azparren
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

Conflicto vasco y periodismo: una reflexión sobre el pasado para avanzar en la convivencia

El director de GARA, Iñaki Soto, y los periodistas Danilo Albin, de ‘Público’, y Gorka Landaburu han participado este martes en Donostia en una charla sobre Periodismo y Convivencia impulsada por el Foro Social Permanente.

Albín, Soto, Landaburu y Toda en la conferencia celebrada este martes en el Kursaal de Donostia. (Maialen ANDRES/FOKU)
Albín, Soto, Landaburu y Toda en la conferencia celebrada este martes en el Kursaal de Donostia. (Maialen ANDRES/FOKU)

El Foro Social Permanente ha organizado de cara a este mes de marzo, en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, cuatro espacios de diálogo y reflexión sobre la convivencia democrática, entendida de una «manera integral», incorporando debates y propuestas de diferentes sectores de la sociedad civil que comparten fin: «construir una sociedad que conviva en paz».

La primera cita se ha tenido lugar este martes en el Kursaal de Donostia y ha contado con la participación del director de GARA, Iñaki Soto, y de los periodistas Danilo Albin, de ‘Público’, y Gorka Landaburu en un coloquio sobre Periodismo y Convivencia, moderado por la también periodista Teresa Toda.

Como no podía ser de otra manera, Toda ha dado inicio al debate preguntando por el pasado, sobre el papel de los medios que, a entender de la moderadora, han sufrido «violencias de todas las procedencias», no sin remarcar a continuación que, a pesar de las diferencias, lo «fundamental» ha sido que hoy son capaces de hablar y de lanzar retos esta profesión y a la sociedad.

El primer ponente en tomar la palabra ha sido Landaburu, que ha rememorado su trayectoria como corresponsal de Radio France en Ipar Euskal Herria y sus crónicas sobre atentados de ETA, BVE y GAL. «En este mundo que vivíamos era terrible porque nosotros lo que queríamos era hablar de información», ha apuntado.

Un ejemplo de la situación que vivía, ha relatado, eran las «amenazas» que recibió tanto por parte de ETA como de la Triple A cuando trabajaba en ‘Cambio 16’. «Igual lo estábamos haciendo bien y por eso no íbamos a renunciar por razones personales», ha remarcado. También ha revelado que ha conocido dentro de esta revista periodistas «que se inventaban historias sobre ETA».

Desde una posición «extraña» por ser «el último en llegar», Soto ha explicado que «una de las cosas que sirve para ver lo poco razonables que hemos sido todos ha sido que el tratamiento de la prensa hacia el conflicto vasco ofrece un mapa de trincheras y un acta de las estrategias, y también un desarrollo de las dos».

«Si volviésemos a nacer, haríamos lo mismo. La prensa es tristemente la que nos hace comprender lo grandiosos que hemos sido en muchos momentos y lo miserables que hemos sido en otros», ha añadido.

Soto ha animado a adentrarse en la hemeroteca porque esa es la manera de cambiar «los prejuicios que tenemos» y, a través de esa mirara al pasado, cree que el «gran vacío de la prensa vasca» ha sido «la cuestión de la tortura». «Nunca se ha dejado de dar la noticia de un atentado, pero miles de veces se ha ocultado el testimonio de una tortura», ha afirmado.

En todo caso, ha subrayado que tiene tanta importancia lo que se ha contado como lo que se ha callado: «Por lo que me toca, creo que no hemos sabido recoger, contar o relatar el sufrimiento de las víctimas de ETA. Es cierto que durante todos esos años las víctimas eran las organizaciones,  eran utilizadas políticamente y eso nos facilitó evadir esa responsabilidad».

Albin, uruguayo de procedencia pero que lleva muchos años afincado en Euskal Herria y escribiendo sobre su realidad, ha señalado que el periodismo ha jugado un papel que muchas veces no era el que debería haber tenido. «Ha habido intereses políticos en las diferentes familias que han marcado el rumbo de la información».

Así, ha explicado que, por un lado, el sufrimiento de las víctimas de ETA es un mundo que «no ha sido planteado en su totalidad y no hemos sabido transmitir con justicia lo que pasa en ese ámbito». Por otro, ha dicho al llegar a Euskal Herria no pudo entender que hubiese testimonios de tortura que fuesen «infravalorados por la mayoría de los medios», algo «inimaginable» en Uruguay.

El papel de los medios vascos

Preguntado por el papel de los medios locales y su aportación a la resolución del conflicto, Soto ha querido destacar que no ha conocido ningún país que tenga un tejido periodístico similar al de Euskal Herria.

Que «un pueblo como el nuestro» tenga tantas cabeceras ha posibilitado, en palabras de Soto, «tener un debate público muy rico». «Socialmente estaba muy desarrollada esa visión de vamos a debatir hasta hartarnos. ¿Ha producido algo material? Seguramente no, no hemos puesto las energías en conseguir eso porque bastante teníamos con sobrevivir».

Landaburu, por su parte, ha coincidido en la riqueza y diversidad de medios que hoy día trabajan en el país y ha delineado los aspectos que más le preocupan de cara al futuro: el «poco interés» de los jóvenes por la prensa y la falta de independencia de los grandes medios.

Con el doble añadido de trabajar para un medio digital y de escribir sobre la situación de Euskal Herria, Albin ha explicado que intentan aportar en el ámbito del Estado una visión integral sobre la realidad vasca, redactando «con la cabeza puesta» en que sus artículos son leídos en cualquier punto del Estado, destacando también las reacciones que se generan en las redes sociales.

Retos de cara al futuro

Con los temas «tejer convivencia» y «desarmar la palabra» encima de la mesa, Landaburu ha afirmado que el papel de los medios «no va a solucionar» el tema de la convivencia, pero piensa que los medios pueden aportar su granito de arena, «no como protagonistas».

«Hay que contar lo que ha pasado, los relatos, que uno intente contar la parte contraria y si informamos debidamente, igual vamos avanzado», ha explicado.

Para Soto, si Pedro Gómez Nieto estuviese en la cárcel en vez de en Honduras habiéndose jubilado siendo teniente coronel, hoy «no estaríamos hablando de esto. Hoy habría un intercambio de prisioneros y estarían todos en la calle. El problema no es aceptar que ha habido torturas, el problema es la impunidad que ha habido sobre las torturas. No hay un solo condenado y esto ha supuesto un gran desequilibrio».

De esta manera, ha destacado la última entrevista a ETA que él mismo realizó y ha opinado que «no ha tenido el recorrido histórico que se merece porque no satisface a nadie». «Los que quisieron ver una ETA puramente patológica, criminal, se encontraron con una organización política, autocrítica, y los que querían seguir no se vieron reflejados en esa organización política», ha añadido.

En esa línea, ha señalado que cuando Vera habla de los GAL no es una «cuestión psicopática» porque los objetivos de esa estrategia eran «evidentes».

«Creo que tenemos que internar ser un país mejor, a través de la prensa construir una sociedad crítica, autocrítica, capaz de reconciliarse consigo mismo, y creo que esta fase de la historia debería regirse por el principio recto de todos los derechos para todas las personas», ha zanjado.