«Nada podemos esperar si no es de nosotros mismos», afirmó el general José Gervasio Artigas, prócer de la patria uruguaya. Decimonónica frase para un decimonónico personaje, en pleno auge del romanticismo, pero lo cierto es que TD Systems Baskonia, para poder seguir apretando a sus rivales en el largo sprint de las jornadas finales de la fase Regular de la Euroliga, debe cumplir su parte, que no es otra que ganar los cuatro –o como mínimo tres– partidos que le quedan. Y eso depende de sus propias habilidades.
El choque frente a Armani Milano de las 19.00 se presenta tan difícil como prometedor. Difícil, porque los de Dusko Ivanovic parten de la novena plaza con 16 victorias y se enfrentan a un rival que, con un balance de 19-11, ocupa la cuarta plaza. Es decir, que los entrenados por Ettore Messina necesitan una victoria para garantizar matemáticamente su presencia en el Top 8.
Pero dentro de la dificultad está también la promesa. «Hay que saber disfrutar del sufrimiento», reza Dusko Ivanovic en un reciente reportaje del canal que retransmite los partidos de la Euroliga, una suerte de masoquismo que el de Bijelo Polje siempre tiene a gala lucir, pero que no tiene debajo nada sino el propio carácter romántico del técnico montenegrino. «Tenemos que hacer cuanto esté en nuestra mano para lograr clasificarnos para el Top 8». Una vez más, sin mención a los posibles tropezones de su rivales por la clasificación o los peligros de sus rivales en la pista. Nuevamente, Artigas afirmando que «nada podemos esperar sino de nosotros mismos».
Gafes y soluciones
Armani Milano, desde tiempos inmemoriales, ha sido uno de los «pupas» de la Euroliga. Siempre ha gastado millones y más millones en confeccionar equipos que pudieran pelear por los títulos y siempre se ha quedado más lejos de lo que nadie hubiera imaginado. Su histórico gafe es una de las armas que, indirectamente, pueden favorecer a los gasteiztarras, ya que la escuadra lombarda tiende a fallar en los momentos de la verdad.
Apelar a la mala suerte ajena como señal de la propia victoria es menos de fiar que quien dice leer en los posos del café, pero al menos el duelo de esta tarde pudiera tener una aplicación práctica. Es decir, el club italiano ha reportado la duda de su pívot Jeremy Evans por problemas musculares, lo cual, aun cuando jugara este viernes, pudiera servir para igualar el posible agujero interior que la ausencia de Tonye Jekiri vaya a dejar.
El nigeriano fue uno de los más destacados del choque del Mediolaun Forum, un partido resuelto por 79-84 para los gasteiztarras con 12 tantos y 12 rebotes del propio Jekiri, siendo junto a Fall y Pierria Henry la pata donde se pudo basar el triunfo baskonista.
Una vez más Youssoupha Fall e Ilimane Diop están llamados a dar un paso adelante, aunque tampoco hay que descartar que Alec Peters y Polonara vayan a formar el dúo interior, perdiendo fuerza y capacidad reboteadora, pero ganando en rango de tiro y abriendo los espacios para las penetraciones de Pierria Henry, Vildoza o Dragic.
El año pasado la Euroliga se quedó con las ganas de ver a Luis Scola vestido con el uniforme del Armani Milano, ya que la pandemia de la covid-19 golpeó con todas sus fuerzas así en Lombardía como en Euskal Herria. Este viernes, aunque no será lo mismo –y mucho menos si no hay público–, se podrá ver el retorno de Shavon Shields a la que fue su casa durante dos temporadas. Shields está siendo uno de los jugadores más destacados de Armani Milano, junto con Kevin Punter, Sergio Rodríguez o Gigi Datome. Grandes jugadores contra los cuales Saski Baskonia deberá buscar sus propias soluciones, porque nadie de nadie más si no de ellos mismos se podrá esperar para alcanzar sus objetivos.