NAIZ
París

Un informe constata la «abrumadora responsabilidad» de París en el genocidio de los tutsi

El Estado francés «permaneció ciego ante los preparativos» del genocidio de los tutsis en Ruanda en 1994 y tiene «responsabilidades pesadas y abrumadoras» en aquella tragedia, según las conclusiones de un informe encargado por Emmanuel Macron a una comisión de historiadores publicado este viernes.

El presidente francés, François Mitterrand, conversa con su homólogo ruandés, Juvénal Habyarimana, tras aterrizar en Kigali el 10 de diciembre de 1984. (Georges GOBET | AFP)
El presidente francés, François Mitterrand, conversa con su homólogo ruandés, Juvénal Habyarimana, tras aterrizar en Kigali el 10 de diciembre de 1984. (Georges GOBET | AFP)

Emmanuel Macron ha recibido este viernes el informe que encargó hace dos años a una comisión de historiadores presidida por Vincent Duclert con el fin de «analizar el papel y el compromiso de Francia en Ruanda» entre 1990 y 1994.

La conclusión del estudio es que en el seno del Estado francés, entonces presidido por François Mitterrand (PS), hubo «un cúmulo de responsabilidades abrumadoras» respecto a lo que sucedió en aquella época en el país africano.

No obstante, descarta la tesis de una complicidad en el genocidio de unas 800.000 personas de etnia hutsi por el régimen hutu, que estaba apoyado por París.

El ‘informe Duclert’ apunta en sus conclusiones a una «quiebra de Francia en Ruanda» y subraya su «ceguera» ante la deriva genocida del régimen «racista, corrupto y violento» del presidente hutu Juvénal Habyarimana.

Y esto, «a pesar de las alertas lanzadas desde Kigali, Kampala [en referencia a las capitales de Ruanda y Uganda] o París».

Pero al mismo tiempo destaca que «nada viene a demostrar» que París se convirtiera en «cómplice» del genocidio registrado entre abril y julio de 1994.

El papel fundamental de Mitterrand

El documento, consultado por AFP antes de su publicación oficial, incide en la crucial responsabilidad del entonces presidente, François Mitterrand, en la estrategia desarrollada por el Estado francés en esta región del África oriental.

«Este alineamiento con el poder ruandés procede de una voluntad del jefe del Estado y de la Presidencia de la República», han dejado escrito los catorce historiadores que han integrado la comisión.

Mitterrand, añaden, mantenía «una relación intensa, personal y directa» con Habyarimana.

Esa relación, junto con una lectura «etnicista» de la situación en Ruanda, derivó en «la entrega de cantidades considerables de armas y municiones al régimen de Habyarimana», así como una importante participación del Ejército francés en el entrenamiento de «las fuerzas armadas del Gobierno» de Ruanda.