La revitalización de Artxanda como pulmón verde de Bilbo es uno de los proyectos estratégicos del Gobierno Aburto. Hace unas semanas, el alcalde, en compañía de su homólogo de Sondika, presentó un plan de activación de la zona, que incluye un gran paseo de seis kilómetros de Enekuri a Santo Domingo.
En ese tramo de la carretera BI-3741, en el paraje de San Bernabé, en lo que fueron terrenos de la antigua anteiglesia de Deustu que lindan con Sondika, el Consistorio bilbaino vertió durante décadas basuras hasta su clausura, dejándolo en unas condiciones lamentables. Además de residuos sólidos urbanos e industriales, así como escombros, hay constancia por una denuncia de Ekologistak Martxan en mayo de 2019 ante el Ayuntamiento de Bilbo del depósito irregular de lindano.
En ese espacio degradado, una parcela de 26,7 hectáreas, es donde Bidezain pretende abrir un vertedero de residuos no peligrosos. Sería un nuevo depósito que sustituiría al del cercano alto de Enekuri, que está a punto de colmatarse tras décadas de actividad.
La propuesta empresarial plantea el tratamiento de los terrenos contaminados para poner en marcha otro depósito, para lo que sería necesario el sellado del vertedero incontrolado denunciado por el colectivo ecologistas y la impermeabilización de un nuevo vaso de vertido, que deberá ser sellado una vez concluida la actividad. Estos terrenos se encuentran en un inventario de suelos que soportan o lo han hecho actividades potencialmente contaminantes del suelo de 2008.
En los dos últimos años, según se recoge en el expediente que gestiona el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, los promotores han elevado consulta y efectuado diversos estudios previos. En ese proceso, Lakua advirtió de la presencia de bidones de HCN en la superficie que, como medida cautelar y de prevención, deberían ser aislados convenientemente ya durante la fase investigación, que se aventuraba compleja, para evitar una exposición directa a los mismos. Por ello, Bidezain acotó y valló la zona.
URA no lo cuestiona
En un informe de noviembre de 2019, la Agencia Vasca del Agua-URA incidió en que el vertedero se ubica en la cabecera de dos escorrenterías del río Asua, uno de los cauces más contaminados de la CAV, aunque a la vista de la documentación presentada en principio le parecía autorizable la actividad. Para ello, planteó construir canales perimetrales laterales al vaso donde se depositarían los vertidos y el control de las especies invasoras que han colonizado el paraje.
Medio Ambiente también destacó en una resolución que la zona era frecuentada por buitres, que ocasionaban problemas al tráfico aéreo del aeropuerto de Loiu, por lo que se le instaba a consultar a la Agencia de Seguridad Aérea por si el nuevo vertedero podría convertirse en un «foco de atracción» de estas aves.
En abril de 2020, Bidezain informó de las actuaciones exploratorias que pensaba efectuar en la antigua escombrera, que se comunicaron a los ayuntamientos de Bilbo, Sondika, Erandio y Loiu, así como a Ekologistak Martxan.