El entrenador de la Real Sociedad, Imanol Alguacil, ha destacado en la rueda de prensa previa al gran duelo de este sábado a las 21:30 que «tras tanto tiempo sin estar en una final, y un año más esperando para jugarla, es el momento de disfrutar y de pelear. Queremos entrar en la historia de la Real y para eso tenemos que ganar. Esa es la intención».

El oriotarra se ha mostrado contento antes del último entrenamiento por recuperar a todos los jugadores que arrastraban problemas, pero en La Cartuja Asier Illarramendi ha sufrido «un pinchazo en su pantorrilla derecha compatible con una lesión muscular en el gemelo interno o el sóleo». No podrá jugar la final. Por contra, Imanol sí cuenta en esa zona con Merino y Zubimendi tras superar sus molestias.

El técnico realista se ha mostrado «tranquilo, incluso nos ha venido bien que algunos jugadores no estuvieran y hayan aparecido en el último momento. Eso nos ha llevado a estar muy centrados y tranquilos preparando el partido. Una vez que te montas en el autobús y haces las maletas, cuando ves a los aficionados en Zubieta empiezan las mariposillas a florecer. Se trata de una final muy esperada, soñada. Llevamos 33 años sin disputarla y vamos a pelearla a muerte para ganarla».

Imanol no ha podido separar su condición de entrenador y forofo de la Real y ha querido agradecer a la afición porque «estas últimas semanas han sido increíbles con los mensajes recibidos. Ellos serán nuestro motor y espero que puedan disfrutar de la final con precaución por la situación que vivimos».

«Es complicado ser forofo del equipo y además entrenador, pero lo he llevado bastante bien y estoy muy ilusionado y orgulloso de lo que ha hecho el equipo, algo muy grande, unir a la afición con el equipo, pero ahora queremos hacer historia y eso significa ganar mañana», ha repetido.

«Vamos a intentar ser la Real de siempre»

Sobre las claves de la final Imanol ha señalado que, «por mucho que nos conozcamos y que los dos equipos tengan jugadores con experiencia, cuando sales al verde el guión cambia y los pequeños detalles van a marcar. El equipo que afronte el partido con mayor personalidad va a tener mucho ganado. A ver si nos mostramos como en muchos de los partidos. Si lo hacemos, estaremos muy cerca de ganar. Los dos equipos llevamos dos años muy buenos y veo una final muy igualada».

Cuando le hemos preguntado si eso quiere decir que va a pedir a su equipo que sea valiente y hacer su juego sin temor a los errores, el oriotarra ha respondido que «debemos salir a disfrutar y a pelear para entrar en la historia. Vamos a intentar ser la Real de siempre, aunque tenemos un rival que está en un gran momento. Será muy importante cual de los dos lleve el partido a su terreno».

También se ha acordado de los aficionados cuando se le ha preguntado qué siente antes de la final: «Es difícil explicarlo con palabras. Es un sentimiento que llevas en el corazón, es tu equipo y eres el entrenador. Si ya un aficionado lo siente como lo siente, siendo el entrenador estas sensaciones se engrandecen más».

«Lo he gestionado muy bien, con responsabilidad, pero a la vez tranquilo y con muchas ganas de poder hacer un gran partido y que nuestros aficionados se sientan orgullosos de su equipo. A ver si somos capaces de darles una alegría a todos después de este momento tan malo por la pandemia», ha concluido antes de dirigir un entrenamiento suave en el que en la parte final sus jugadores han ensayado los lanzamientos de penaltis.

Illarramendi soñaba con levantar la Copa

El capitán Asier Illarramendi ha sido el jugador que ha comparecido en la rueda de prensa oficial antes de lesionarse y transmitía que había soñado con levantar la Copa: «El primer paso es soñar. Sí que lo he visualizado. El primer paso para lograr los objetivos es visualizar el momento y los objetivos. Los ves más claros y tienes que ir a por ellos. A ver si el sueño se convierte en realidad».

Como su entrenador, Illarramendi ha transmitido que «es importante que seamos nosotros mismos y salir con calma. Hemos hecho grandes partidos y vamos a hacer otro.  Llegamos los dos equipos en un buen momento y no hay un favorito. El equipo ha trabajado bien durante la semana, lo veo tranquilo, con risas como siempre. Ha sido una semana normal».

Se ha quedado impresionado con la despedida de la afición en Zubieta: «Ha sido alucinante, es un pena que no estén, pero nos hemos traído un trocito de cada pueblo y de cada club convenido. El calor y el ánimo que nos han dado los tendremos presentes y daremos todo para llevar la Copa a Donostia».