Gasteiz ha amanecido confinada, una vez más, y con la hostelería a medio gas, resignada por las limitaciones impuestas para hacer frente a la pandemia del covid-19. Unas normas acordadas en el seno del LABI que han entrado en vigor tras superar una incidencia de 400 casos por 100.000 habitantes durante catorce días.
Los bares y restaurantes han vuelto a recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) las restricciones horarias, que solo permiten la apertura del interior de 6.30 a 9.30 horas, y de 13.00 a 16.30 horas; y muchos se han echado las manos a la cabeza ante el cierre perimetral.
En el caso de Gasteiz, la particular organización territorial de Araba, un herrialde formado por extensos municipios que a su vez están divididos en concejos, permite que cualquier que ciudadano pueda practicar deporte en las faldas del Gorbea, limítrofe con Bizkaia, o en la Sierra de Cantabria, el muro que separa Bernedo de Rioja Alavesa.
Sin duda será más fácil hacer deporte al aire libre que en espacios cerrados, donde los grupos quedarán reducidos a un máximo de cuatro personas, algo que no había ocurrido meses atrás. En diciembre o en enero había grupos de incluso diez personas haciendo deporte en centros cívicos municipales.
Y lo cierto es que Gasteiz lleva muchos meses con una incidencia acumulada alta. El propio alcalde, Gorka Urtaran, ha reconocido que desde agosto la ciudad ha estado por encima de los 240 o 250 casos por 100.000 habitantes. Si la capital alavesa hubiera estado en Italia ahora llevaría semanas confinada.
«La propia forma de vida»
El primer edil, entrevistado en Radio Euskadi, ha reconocido que no sabe explicar a qué se debe esta situación, que él achaca «a la propia forma de vida y dinamismo urbano». «Las interacciones mínimas que hacemos en un estado como el actual, provoca que el número de casos no baje de ese ratio», ha manifestado antes de mostrar sus dudas sobre la posibilidad de levantar el estado de alarma el 9 de mayo.
«Me cuesta creer que en un mes vayamos a alcanzar una inmunidad de grupo suficiente para levantar el estado de alarma», ha apuntado, y ha remarcado que, a su juicio, «es importante que mantengamos esta situación hasta que no se pueda garantizar la inmunidad de grupo».
Esto solo se logrará si se avanza en la vacunación. Por ello ha instado al Estado español y a las autoridades europeas a «preocuparse de que lleguen más dosis».