La Federación de Asociaciones Vecinales ha expuesto que, pese a que el programa ha concluido, las plazas del alojamiento invernal se mantienen pero en el albergue de Altamira y pasarán a ser gestionadas dentro del Plan Bilbao Aurrera, «coyuntural y sujeto a la pandemia», que finaliza en junio.
La llamada de atención de los colectivos vecinales se produce después de que Ongi Etorri Errefuxiatuak haya solicitado la mediación del Ararteko después de que el alcalde, Juan Mari Aburto, no haya contestado a sus misivas respecto a las órdenes dadas a la Policía Municipal para que desalojen a personas en la calle de los sitios donde pernoctan habitualmente.
Los organismos ciudadanos ha considerado que esta medida supone «un simple parche de unos meses» y ha exigido soluciones para esas personas a partir de junio. Hay que recordar que en las últimas semanas un joven y una mujer que vivían en la calle en Uribarri y Bilbao la Vieja han fallecido.
La federación ha señalado que la pandemia y el confinamiento «han puesto de manifiesto un problema que viene de antiguo: el sinhogarismo». Según ha denunciado, «cientos de personas de diferentes perfiles y problemáticas viven en nuestras calles, nuestros cajeros... Vecinos y vecinas que no cuentan con un derecho básico, la vivienda digna» y «sufren dejadez, discriminación, desprecio y maltrato por parte de las instituciones».
La Federación de Asociaciones Vecinales de Bilbo ha criticado que no existen «recursos suficientes» para cubrir las necesidades básicas del colectivo.