José Luis Mendilibar ha reconocido la justicia del 5-0 que ha encajado el Eibar ante el Atlético de Madrid pero ha lamentado que su equipo no haya sido capaz de reponerse al primer gol para evitar, si no la derrota, al menos un marcador tan abultado. «Hemos demostrado que somos débiles mentalmente», asegura el técnico, que al menos espera que el varapalo despierte a sus futbolistas «y a mi el primero» de cara a los siete últimos partidos, en los que todavía ve posibilidades de salvación.

«Hemos demostrado que mentalmente somos débiles –ha asegurado–. Hoy lo hemos demostrado. Porque los cuarenta primeros minutos han sido buenos, serios, no nos han hecho ocasiones y nosotros hemos hecho un par de internadas. Pero tras el gol pensamos más en el gol que hemos recibido que en lo que tenemos que hacer después. Y a los dos minutos nos hacen el 2-0 y casi se acaba el partido. Porque ellos siguen compitiendo, y mejor y más tranquilos porque nosotros bajamos los brazos. Es mental y nos ha pasado durante casi toda la temporada, en el momento en que nos hacen un gol, bajamos los brazos. Quizá hoy más porque otras veces hemos seguido compitiendo hasta el final pero hoy no. El inicio del segundo tiempo ha sido muy malo, no hay nada que decir al resultado».

Dentro de todo lo malo, que es mucho, las matemáticas le siguen valiendo a un Eibar cuya situación sólo ha empeorado porque queda una jornada menos. «Llevamos 14 partidos sin ganar y seguimos a cuatro puntos –ha explicado Mendilibar–. Eso quiere decir que los demás tampoco están muy allá y que está en nuestras manos. Pero está en nuestras manos haciendo bien las cosas nosotros, fortaleciéndonos, pensando cuando entremos al campo que lo tenemos que ganar nosotros y que nadie nos va a regalar nada. Si tenemos la actitud de recibir y bajar un poco los brazos, pensar más en lo que hemos recibido que en lo que queda, va a ser difícil».

Espera, de hecho, que «el resultado de hoy, que es la primera vez que nos meten más de dos goles de diferencia, nos sirva para eso. Para decir ostias, tenemos que ser fuertes. Hasta ahora parecía que nos defendíamos diciendo qué mala suerte, hemos perdido por un gol, hemos cometido un error, no hemos tenido suerte. Pero hoy no, hoy ha sido por una bajada mental después del 1-0. Todo depende de nosotros y tenemos que ser fuertes. No me vale entrenar bien y luego no competir bien. Tenemos que competir bien». «Tenemos que pensar que hay otros equipos que tampoco están bien –insistía–. Pero también tenemos que saber que no vamos a tener regalos, que tenemos que ganar nosotros y que nos tenemos que centrar mucho más. Yo el primero, que soy el entrenador, tengo que tener las cosas claras».

Y sin tiempo que perder porque este mismo jueves el Eibar visita al Granada y cuatro días después se enfrenta a la Real. «Siempre se dice que cuando recibes un varapalo, cuando pierdes, lo que tienes ganas es de que pase todo rápido y el siguiente partido llegue rápido. Así que igual nos viene hasta bien el jugar lo más rápido posible y tener que pensar sólo en lo que viene, no en lo que hemos dejado atrás. Tenemos otro partido difícil, contra otro equipo que compite de maravilla y hasta el último momento. Y sabemos que si vamos a los Cármenes como hemos venido aquí y si por un sopapo nos venimos abajo, no tenemos nada que hacer. Si recibimos un sopapo, vamos a poner la otra mejilla pero siendo más fuertes y a ver si somos capaces de levantarlo. Pero no bajar los brazos», ha insistido.