Iñaki Williams es la principal referencia ofensiva del Athletic en el último lustro. Quizá sus números en cuanto a goles no hayan destacado tanto para lucir el 9 en la espalda, pero no hay ninguna duda que todos los entrenadores que han pasado por el banquillo rojiblanco han contado con él.
Desde Valverde, que fue quien le hizo debutar con el primer equipo en diciembre de 2014 con 20 años, hasta Marcelino pasando por Ziganda, Berizzo y Garitano. Partiendo desde la banda derecha o centrando su posición, el delantero de 27 años es el jugador «franquicia» del equipo como llegó a señalar Garitano en algunas comparecencias. Y es que tiene el contrato más largo en el club rojiblanco tras renovar en agosto de 2019 hasta 2028 con una cláusula que asciende a los 135 millones de euros.
Para Marcelino también ha sido uno de los puntales sobre los que ha construido el equipo y confía en su velocidad como una de las principales armas ofensivas. Con el técnico asturiano ha jugado casi siempre como referencia arriba acompañado la mayoría de ocasiones por Raúl García. Se estrenó firmando un gol a la contra en el primer choque contra el Barcelona y fue el autor del tanto de la victoria en la prórroga de la Supercopa.
No se pierde un encuentro de Liga desde el 20 de abril de 2016 y tan solo ha faltado a unos pocos partidos de Copa y Europa League. Anoche alcanzó los 188 encuentros consecutivos que había jugado Arconada, mítico portero de la Real, y ahora persigue el récord que ostenta Larrañaga con 202. En noviembre de 2019 también superó la cifra de partidos consecutivos de Carmelo Cedrún en el Athletic.
Williams posee un físico envidiable y no ha sufrido ninguna lesión de gravedad, aunque ha pasado rachas en las que ha sido instrascendente sobre el terreno de juego. Esta temporada lleva siete goles entre Liga, Copa y Supercopa, pero no marca desde el pasado mes de febrero. Dos meses han transcurrido desde la goleada en Cádiz (0-4).
Contra el Betis salió a partir del minuto 80 y se colocó en banda derecha con Raúl García y Villalibre en la punta. El equipo achuchó algó más en ese tramo final, pero adoleció de esa falta de pegada arriba que le está condenando a deambular por la mitad de la tabla sin pena ni gloria.
El declive goleador con Marcelino
El inicio de la andadura del entrenador asturiano en el banquillo rojiblanco se caracterizó por recuperar la aportación ofensiva de futbolistas claves. Ajustó su 1-4-4-2 ubicando a Muniain en banda izquierda, aunque con libertad para meterse hacia el centro, a Raúl García de segundo delantero y a Williams como referencia en punta. Esa modificación sirvió para revitalizar a un grupo alicaído.
Garitano no conseguía hacer encajar a Muniain, Raúl García y Williams en su esquema. Habitualmente Raúl García empezaba de 9, Williams en banda y Muniain en la media punta, aunque cuando el juego se atascaba siempre terminaba intercambiando las posiciones durante el partido sin conseguir resultados.
El problema principal del equipo, además de la falta de un ariete goleador como Aduriz, ha estado en la creación. Dani García era indiscutible para el anterior entrenador y normalmente jugaba acompañado de Unai López. El centrocampista guipuzcoano necesitó un proceso de aprendizaje para ganarse la oportunidad y, aunque ha completado grandes encuentros, también ha evidenciado una falta de irregularidad y altibajos en su rendimiento.
Marcelino tampoco ha conseguido encontrar la pareja ideal en ese medio campo. Dani García, Vencedor, Vesga y Unai López han ido repartiéndose los minutos en base a su rendimiento o saliendo del equipo por sus errores.
Contra el Betis, Vencedor y Unai López coincidieron por primera vez en el campo en la segunda mitad para intentar dar más fluidez al juego. El Athletic se atasca a la hora de hacer circular con la pelota y cuando los jugadores llamados a ser más determinantes no aparecen el gol se complica.
Al igual que Williams, Raúl García marcó su último gol de penalti en la vuelta de las semifinales de Copa contra el Levante y Berenguer, tampoco ha anotado desde que marcó contra el Granada.
Esa es la última victoria rojiblanca. Hasta ese encuentro el Athletic había marcado 30 goles en 15 partidos y desde entonces tan solo ha anotado en tres ocasiones en ocho encuentros. Ese es el número de partidos que lleva sin ganar. La racha negativa arrancó en la visita al Atlético, rival que está peleando por la Liga y al que se enfrenta este domingo en San Mamés. Aunque parezca que la temporada ha acabado para los rojiblancos, todavía les falta asegurar algunos puntos por si acaso.