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LAB alerta del declive de la Industria y cifra en 22.500 los empleos perdidos en 2020

LAB ha presentado este jueves el informe Ikusmiran, en el que se da cuenta del impacto del covid-19 en una economía que se está terciarizando, en detrimento de la industria. Cifra en 22.500 los puestos de trabajo perdidos el pasado curso en Hego Euskal Herria.

Presentación del informe en Donostia. (Andoni CANELLADA/FOKU)
Presentación del informe en Donostia. (Andoni CANELLADA/FOKU)

El secretario general adjunto de LAB, Igor Arroyo, y la responsable de análisis de la Fundación Ipar Hegoa, Oihana Lopetegi, han presentado este jueves en Donostia el informe Ikusmiran, sobre la situación socio-económica en Euskal Herria. En el documento se da cuenta del impacto del covid-19 y se alerta del proceso de terciarización de la economía vasca ante el «declive» de la industria.

«Siendo un fenómeno que se está dando en casi toda Europa, en Euskal Herria en 12 años el peso de la industria ha pasado de ser el 27,5% del Producto Interior Bruto (PIB) al 24%, siendo las industrias manufactureras las que mayor pérdida han experimentado», señala, y critica que «esta época sindémica también ha sido aprovechada por numerosas empresas  industriales para profundizar en la misma dirección: en un año se han perdido 6.400 empleos por cuenta ajena en la industria manufacturera».

El informe apunta dos causas de declive: la deslocalización de las empresas, «consecuencia de la lógica neoliberal de aumentar beneficios», y «el reducido gasto que se destina a Investigación y Desarrollo en Euskal Herria». «De hecho, actualmente está lejos de la media europea y, además, en los últimos años la inversión en innovación ha tendido a la baja. Debemos recordar que la primera en perderse por la crisis de 2008 fue la industria de baja tecnología, que además no se recuperó una vez perdida», añade.

«Como consecuencia de este declive industrial además, otros sectores están ganando peso, y se está profundizando en el proceso de terciarización. En cuanto al número de establecimientos destacaríamos el aumento de la educación, la sanidad y del suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado. Es el sector servicios el que más ha aumentado su peso en el PIB: en 12 años ha pasado de ser el 61,46% al 68,88%», indica.

Y remarca que, «si a la desindustrialización de la economía le sumamos la escasa inversión en innovación, la pérdida de empleo cualificado será una consecuencia lógica, y éste otro elemento más que sumar al proceso de precarización. Además, sabemos que el proceso de terciarización también tiene la misma consecuencia, la precarización del empleo».

«Euskal Herria necesita estructuras económicas fuertes que satisfagan las necesidades de sus pueblos y gentes, una industria y unos servicios que respondan a las necesidades derivadas de un consumo equilibrado y que respeten el medio ambiente», destaca antes de denunciar que Hego Euskal Herria «se sitúa en los últimos puestos de Europa en cuanto a presión fiscal».

En este sentido, señala que «los datos nos muestran que, ahora que las administraciones no disponen de dinero suficiente para garantizar el bienestar de la ciudadanía, hay margen para una transformación en política fiscal. La citada transformación debería responder a dos objetivos: lograr un reparto más equilibrado de la riqueza y aumentar sustancialmente los ingresos de las administraciones para poder mejorar la calidad de los servicios públicos».

Un modelo que «no es sostenible»

En el informe LAB y la Fundación Ipar Hegoa aseveran que los datos muestran que a consecuencia de las consecuencias de las políticas neoliberales adoptadas por diferentes gobiernos «en los últimos años el bienestar de la mayoría de la ciudadanía ha empeorado. El capitalismo es cada vez más inviable. Está dejando consecuencias demasiado graves por todo el mundo, también en Euskal Herria».

Inciden que «el modelo socioeconómico de Euskal Herria no es sostenible, ni social ni medioambientalmente. Los límites biofísicos del planeta están cada vez más presentes: pérdida de biodiversidad y ecosistemas, agotamiento de fuentes de energía fósiles y materiales, fenómenos meteorológicos extremos... y es el modelo socioeconómico de Euskal Herria, el capitalista, el origen de esos procesos destructivos».

Activación social y sindical

Para revertir esta situación, LAB reclama «una política pública de empleo, una apuesta decidida por los servicios públicos y una nueva política fiscal». «Hay que hacer frente a Confebask y CEN, que están recurriendo a la reforma laboral; no es tiempo de conseguir acuerdos baratos con la patronal, sino de confrontar con ella», ha manifestado Arroyo, que ha abogado por una «una nueva fase de lucha»: «La activación social y sindical es necesaria para cambiar la dirección de las políticas públicas».

«Vamos a luchar, vamos a cambiar las políticas públicas, vamos a abrir las puertas a la transición ecosocialista y feminista. Eso es lo que expresaremos el Primero de Mayo. Invitamos a las y los trabajadores que comparten nuestra apuesta a participar en la treintena de movilizaciones organizadas por LAB. Que este Primero de Mayo sea exponente de un nuevo ciclo de lucha», ha añadido el secretario general adjunto.