Johnson ha enviado una carta a Sturgeon y a los máximos responsables en Gales, Mark Drakeford, e Irlanda del Norte, Arlene Foster y Michelle O'Neill, para convocarles a la cita a instarles a demostrar «espíritu de unidad y cooperación», para reconstruir el país tras la pandemia, segúm ha filtrado Downing Street
El Partido Nacional Escocés (SNP) de Sturgeon se quedó, con 64 escaños, a solo uno de obtener la mayoría absoluta en el Parlamento, aunque podrá contar con sus aliados Verdes para formar gobierno y reivindicar unas nueva consulta después de la de 2014.
Tras certificar su victoria, la líder escocesa declaró que buscará otro referéndum «una vez pase la crisis de la covid-19», algo que Johnson había descartado previamente en una entrevista en "The Telegraph".
El primer ministro ha convocado la cumbre, según dice, para abordar los «desafíos compartidos» para recuperar la economía tras la pandemia y afirma en su misiva que «se sirve mejor (al país) cuando trabajamos juntos».
«Me gustaría invitarte a unirte a mi, a los colegas del Gobierno británico y otros en una cumbre para tratar los desafíos compartidos y cómo podemos trabajar juntos en los próximos meses y años para superarlos»,dice Johnson a Sturgeon en su mensaje.
El primer ministro reconoce que todos tienen sus «propias perspectivas e ideas» y que por lo tanto no siempre estarán de acuerdo, pero «confía» en que aprendiendo unos de otros podrán "reconstruir mejor, en interés de la gente».
La ministra principal lo tiene claro
«Una mayoría independentista en el próximo Parlamento es un mandato para avanzar hacia un nuevo referéndum». La frase es de Nicola Sturgeon. Pues bien, los escoceses han entregado su mandato a los partidos.
Si bien ya contaban con esa mayoría durante la anterior legislatura, cuando el SNP contaba con 63 escaños y los Verdes con 6, ambos partidos llevaban esta vez en su programa electoral la promesa inequívoca de convocar la consulta soberanista. Tanto unos como otros apuestan por la vía del acuerdo con Londres, aunque han insistido en que el Gobierno británico «no se podrá negar», sin especificar en qué se traduce eso.
Y así lo ha interpretado la propia Sturgeon. «Seamos claros sobre lo que votó Escocia el jueves. El pueblo de Escocia ha votado para dar mayoría a los partidos independentistas en el Parlamento escocés. Entonces, de ninguna manera se puede describir un referéndum como una simple demanda mía o del SNP». «El momento lo decidirán la mayoría de parlamentarios», ha insisitdo.
Como viene siendo habitual, la formación de Nicola Sturgeon ha arrasado en los distritos, ya que se ha hecho con 62 de los 73 asientos que se reparten. Ha sumado tres más que en la anterior cita electoral, al arrebatar dos plazas a los conservadores y una a los laboristas. Esos 62 distritos ganados suponen un récord en la historia de las elecciones escocesas.
Además, esta cifra no ha sido mayor debido al voto táctico de las formaciones unionistas. Allí donde el asiento estaba en juego entre el SNP y los laboristas, el Partido Conservador ha bajado y han subido los laboristas. Si el escaño se disputaba entre el SNP y los tories, estos últimos han subido a costa del Partido Laborista.
Los conservadores se han consolidado como principal partido de la oposición, imponiéndose en la particular batalla que han mantenido durante la campaña con el Partido Laborista por ser la voz del unionismo.
Salmond, fuera
El que no ha acertado a sumar escaños para la «supermayoría» que reclamó cuando presentó Alba Party ha sido Alex Salmond, que no ha conseguido entrar en el Parlamento de Holyrood. Tras pedir el voto en los distritos para el SNP, presentó candidatos a las listas regionales, pero sus apoyos no han llegado al 3% necesario.
Durante la campaña Salmond y sus compañeros de formación han denunciado «boicot» por parte de los grandes medios. Sin embargo, no cabe olvidar que la figura del expremier escocés está en entredicho, tanto que es el político con peor valoración en las encuestas, sobre todo tras las denuncias por abuso sexual (de las que fue absuelto) y su enfrentamiento con Nicola Sturgeon.
Por contra, es la propia premier escocesa la que sale muy reforzada de todo esto. Además de sus grandes resultados, el rechazo mostrado por la sociedad escocesa a los planteamientos de Salmond suponen un espaldarazo a su proyecto político hacia el referéndum, más pausado que el de su predecesor.