Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Bienvenido, Mr.Anderson

Como el negocio del cine ya no da lo que solía, hay que buscarle nuevas ramificaciones. En la industria de la música, por ejemplo, cuando se dejaron de fabricar discos, encontraron el filón de futuro en los macroconciertos y en las interminables giras o directos con público. Hasta que llegó la pandemia, claro, porque nadie tiene una bola de cristal. La crisis viral ha puesto en jaque a la economía del Estado español, basada por completo en el sector servicios y en el turismo. Motivo que lleva a situarse a la gente emprendedora en primera línea de salida a la espera del pistoletazo que marcará el final de la desescalada. Y observo mucho movimiento, dada la incertidumbre a la que se ve abocado el sector de la exhibición cinematográfica, en la venta de viajes y experiencias de película.

El fenómeno tampoco es de ahora, y se inició en Nueva Zelanda a raíz de la trilogía de Peter Jackson sobre el universo de Tolkien. Incluso en Baztan se ha intentado algo parecido a cuenta de la trilogía de Dolores Redondo y sus adaptaciones a la gran pantalla. Pero la que se ha organizado en Chinchón con la llegada del rodaje de la nueva película de Wes Anderson recuerda más a los tiempos del plan Marshall. El alcalde de la localidad madrileña ya prepara un tour como el que en Donostia habrá este verano para recorrer las localizaciones que Woody Allen eligió para su ‘Rifkin’s Festival’, y eso que no gustó.