«Estos últimos días se ha observado un parón en la mejora de los índices, y esta circunstancia abre una perspectiva de cierta incertidumbre». Así lo ha reconocido la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que ha apelado a la prudencia para superar la pandemia provocada por el covid-19.
Ante la Comisión de Salud del Parlamento de Gasteiz, ha reconocido que el riego de que los casos y la incidencia aumenten es «evidente», y ha remarcado que «el avance en la vacunación es una herramienta esencial para inclinar la balanza hacia un nuevo descenso».
En este sentido, ha señalado que esta semana se han recibido 127.530 dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer, y este miércoles llegarán 61.700 de AstraZeneca. A esta se sumarán 14.400 dosis de Moderna y 15.600 de Janssen. Cerca de 220.000 vacunas que se emplearán para inmunizar a las personas de entre 50 y 59 años.
Además, Sagardui ha anunciado que a fines de esta semana se podría comenzar a citar a personas de 49 años, que serán vacunadas la semana que viene. «Seguiremos adelante con la vacunación, pero además de ello seguimos necesitando de esas medidas preventivas que también conoce la población», ha apuntado en alusión al distanciamiento social y al uso de la mascarilla.
A este respecto, ha señalado que «todas y todos estamos esperando ese momento en el que podamos prescindir o al menos relajar su utilización, pero ese momento no ha llegado porque la evolución de la pandemia no nos permite planteárnoslo». Y ha negado que este tema se vaya a tratar en el Consejo Interterritorial de Salud.
Apoyo emocional
Por otro lado, la consejera ha avanzado que la red de vigilancia y rastreo de Osakidetza va a trabajar también para detectar a personas con necesidad de ayuda emocional como consecuencia del coronavirus.
Se incorporarán a un programa piloto que nace tras la experiencia adquirida del Programa de Salud Emocional, implantado desde el inicio de la pandemia y que ya ha realizado más de 5.000 sesiones asistenciales.
«Los equipos de rastreo son los que tienen en muchos casos el primer contacto y el seguimiento de las personas que han dado positivo, y por lo tanto son los profesionales que de forma precoz pueden observar que pacientes pueden requerir del apoyo emocional», ha explicado.