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El Museo Vasco de Bilbo muestra su exposición permanente actual por última vez

El Museo Vasco de Bilbo, inmerso en un proceso de renovación integral arquitectónica y museográfica, ofrecerá la posibilidad de ver por última vez su exposición permanente actual hasta el próximo 14 de junio.

Los gigantes y cabezudos de la capital vizcaina protagonizan la muestra. (Monika DEL VALLE | FOKU)
Los gigantes y cabezudos de la capital vizcaina protagonizan la muestra. (Monika DEL VALLE | FOKU)

A partir del 15 de junio, y hasta que comiencen las labores de renovación integral programadas –con un proyecto de los arquitectos Antonio Vaíllo y Juan Luis Irigaray– únicamente se podrá visitar el claustro del museo, que albergará su exposición temporal de gigantes y cabezudos de Bilbo a partir del 3 de julio.

El objetivo del Museo Vasco, cuya pieza más emblemática es el ídolo de Mikeldi, la escultura zoomorfa de más de 2.000 años encontrada en el siglo XIX en Durango, es que el público visite de nuevo, o conozca por primera vez, su exposición permanente con más de 50 años de historia y el edificio tal y como se conoce en la actualidad, ya que tras las obras variará.

Desde el 15 de junio, y hasta que comience la reforma, el museo instaurará un sistema de entradas denominado ‘Tú pones el precio’, de manera que cada visitante será quien decida de forma voluntaria cuánto paga por el acceso.

Desde esa fecha, las salas dedicadas a exposición permanente, repartidas entre la primera y la tercera planta, quedarán cerradas al público, lo que permitirá a los equipos de trabajo realizar las labores de traslado de colección desde Bilbo al depósito externo que el museo acaba de inaugurar.

Este depósito, que ha supuesto una inversión para las instituciones vascas de 1,7 millones de euros, cuenta con más de 1.000 metros cuadrados y albergará más de 50.000 piezas. Se trata de un espacio ‘pionero’ para la conservación de colecciones artísticas.

El Museo Vasco-Euskal Museoa trabaja desde hace varios años en un proyecto de renovación integral museográfica y arquitectónica, que dará lugar a un espacio actualizado y con más de 6.400 metros cuadrados de superficie museística, un 38% más que ahora.

Entre 2016 y 2018 se realizó una intervención de adecuación del claustro que consistió en la reforma del solado, la limpieza de fachada y la instalación de un cubrimiento acristalado integrado en el edificio y orientado a favorecer la conservación de las piezas.

Además, se realizó una inversión de 5 millones de euros por parte del Ayuntamiento de Bilbo y la Diputación Foral de Bizkaia para adquirir el edificio Kurtze, situado en la calle Cruz junto al museo actual, con el objetivo de convertirlo en espacio museístico-cultural.

El proyecto de remodelación del museo, de los arquitectos Antonio Vaíllo y Juan Luis Irigaray –ganadores del concurso de ideas convocado al efecto– plantea dar máxima relevancia al edificio histórico original, recuperando la crujía longitudinal continua del edificio del siglo XVII.

En la nueva parte expositiva se pretende que cada espacio acoja diferentes ‘escenarios’ bajo la modalidad del ‘bucle narrativo’, para generar expectación en el visitante.