El gran tamaño y la fuerte sensación de distancia lastran las elecciones regionales
Los días 20 y 27 de junio los electores de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi están llamados a depositar un doble voto. En los comicios departamentales elegirán a los representantes –por los doce cantones vascos– del Consejo de Pau. La segunda papeleta viajará a la todavía más lejana Burdeos.
Si el departamento es la referencia que da continuidad al edificio institucional desde la Revolución francesa, la región es la piedra de bóveda de un proyecto de contornos más efímeros como es la descentralización.
Considerado el «Estado democrático más centralista del mundo», la República francesa ha mantenido, aplicando tan solo algunos cambios de denominación y leves evoluciones en el recorte cantonal, el modelo de los departamentos desde 1790.
La región es un escalón institucional mucho más joven, ya que emana de la Constitución de 1958.
El mapa de las regiones, y también el de las colectividades territoriales, ha sufrido más evoluciones, en cierto modo derivadas de esa lucha declarada o latente entre dos espíritus, el jacobino y el girondino, que sacuden la historia republicana.
Si el departamento es el referente imperturbable de la Francia única e indivisible, la región es un espejo imperfecto de su diversidad, ya que el ordenamieno regional ha evitado expresamente la coincidencia en lo territorial con las naciones sin estado que alberga el Hexágono.
Prueba de ello, una parte del territorio de Bretaña –Loire Atlantique– queda fuera de la región del mismo nombre, aunque suena con fuerza la demanda de un referéndum para la reunificación. Mientras, Alsacia, hoy de nuevo unida gracias a su colectividad territorial europea, ha estado sumergida, al igual que Euskal Herria, en una macrorregión –Gran Oeste– en la que se diluyen en buena medida sus señas de identidad.
Dos escrutinios y una pandemia
Esos dos votos, departamental y regional, que tienen un cierto elemento de antagonismo, se van a dar cita en una misma convocatoria, lo que dará lugar a una situación electoral inédita.
Los días 20 y 27 de junio los electores de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi están invitados a depositar una doble papeleta.
Con la primera papeleta elegirán a los binomios que darán voz a los doce cantones vascos en el Consejo departamental de Pau.
La segunda papeleta, la gran olvidada, viajará a Burdeos, sede del Consejo regional y auténtica locomotora de esa remozada Región de Nueva Aquitania.
En los precedentes comicios, celebrados los días 6 y 13 de diciembre de 2015, los electores vascos fueron emplazados a elegir a los consejeros de la que entonces se denominaba la Región de Aquitania-Poitou-Charentes-Limousin, integrada por cinco departamentos, entre ellos el de Pirineos Atlánticos.
Versión ampliada de la anterior, la actual Región de Nueva Aquitania abarca una superficie territorial de algo más de 84.000 kilómetros cuadrados e incluye a nada menos que doce departamentos.
Una región tamaño XXL, construida a imagen y semejanza de Burdeos, una metrópoli de 250.000 habitantes que es la quinta aglomeración urbana más importante del Estado francés.
Los abertzales no presentan lista
El sistema electoral que rige en las elecciones regionales, que obliga a presentar listas en todos y cada uno de los departamentos es, de partida, una invitación no escrita a las formaciones que representan, como ocurre en Euskal Heria, a un territorio concreto, a abstenerse de concurrir a los comicios.
En las dos anteriores citas la formación abertzale de izquierda y ecologista Euskal Herria Bai, que en comicios a escala más cercana suele ser segunda o tercera fuerza, optó por no presentar candidatura pero promovió un voto de protesta que en 2010 se tradujo en unas 4.000 papeletas.
El PNB se quedó como una opción abertzale en 2010. Presentó lista y logró sumar unos 6.318 sufragios en primera vuelta.
En todo caso, quedó muy por debajo del listón del 10% que se requiere en esos comicios para pasar a la segunda vuelta. Segunda criba del sistema.
Hace seis años, el socialista Alain Rousset, timonel de un Gobierno regional que suma a varias marcas de la izquierda estatal y de la familia ecologista, revalidaba el cargo tras cuatro mandatos y 18 años en el cargo.
El pasado mes de mayo, Rousset anunciaba que irá a por el quinto mandato, el primero si se tiene en cuenta que en estos comicios se votará al primer Consejo de la «nueva» Región de Nueva Aquitania, remodelada tras la reforma descentralizadora que se materializó en 2016.
Pese a tener competencias en ámbitos muy diversos como el desarrollo económico, la ordenación territorial, la transición ecológica, la formación, la política de juventud o la cooperación transfronteriza –a través de la Eurorregión de la que forman parte también la Comunidad Autónoma Vasca y Nafarroa–, la región es la gran desconocida de los ciudadanos.
El hecho de hacer coincidir dos escrutinios debería ayudar a combatir uno de los males que se deriva de esa lejanía: la temida abstención. Aunque la fecha elegida para las elecciones –prácticamente a las puertas de verano– en un contexto de salida todavía incipiente de la pandemia añade un plus de incertidumbre.
Rousset, que se pasó el sábado 5 de junio por Ipar Euskal Herria, donde visitó diversos proyectos que reciben el respaldo financiero de la región, reivindica expresamente la continuidad.
Vascos en las listas por departamento
Sin sorpresa, la ingeniera baionarra Sandrine Derville, encargada de Turismo en el gabinete de Rousset, será la referencia vasca de la lista departamental, que encabeza el alcalde de Oloron, Bernard Uthurry, responsable de Economía en la institución basada en Burdeos.
Desmarcándose de su actual movimiento, Génératio.n.s, el baionarra Mathieu Bergé, encargado de las relaciones transfronterizas, hace causa común con el presidente regional al figurar como quinto aspirante en su lista de Pirineos Atlánticos, justo por delante de Emilie Dutoya, también consejera regional saliente y desde las elecciones municipales del año pasado responsable de cultura en el Consistorio de Ziburu que preside el alcalde el abertzale Enero Aldana.
Repite también en la lista de la mayoría saliente, Andde Sainte-Marie, actual responsable regional en materia de montaña y persona vinculada históricamente al sindicato ELB.
La candidatura de Rousset se ha mostrado algo más renovadora a la hora de incorporar a representantes de la llamada sociedad civil, entre los que figuran Bixente Etchezaharreta, fundador de la plataforma «Del País Vasco a las Grandes Escuelas» o el director del liceo agrícola de Hazparne, Bertrand Gaufryau.
Además de la mayoría saliente, otras siete listas concurren a los comicios regionales, todas ellas con presencia de candidatos vascos.
La lista de la derecha (Les Républicains y aliados) está encabezada por Nicolas Florian. El exalcalde de Burdeos tendrá como cabeza de lista en Pirineos Atlánticos a la primera edil de Biarritz, Maider Arosteguy.
El macronismo se presenta en la región de la mano de una cabeza de lista centrista, la exministra y referencia fuerte de MoDem Geneviève Darrieussecq, que lleva a cinco vascos en los siete primeros puestos de la lista en Pirineos Atlánticos, con el alcalde de Kanbo, Christian Devèze, de número dos.
También figuran otras referencias, en ese caso cercanas a la UDI, el pequeño partido al que pertenece al presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Ecthegaray, y que incorpora a la plancha del centro-derecha regional a la excandidata a la Alcaldía de Biarritz, Nathalie Motsch, y al concejal baionarra Yves Ugalde.
Cara a cara entre Rousset y Diaz (RN)
La ultraderecha lleva de cabeza de cartel a la consejera regional saliente Edwige Diaz, que estará escoltada en Pirineos Atlánticos por el secretario departamental François Verrière. RN compite por el «voto rural» con la lista que encabeza Julien Lassalle, hermano del heteróclito diputado bearnés Jean Lassalle.
Con sondeos que, de cara a la primera vuelta, sitúan en un pañuelo a Rousset y a la ultraderechista Diaz, lo más prudente será esperar a la liza definitiva para saber si se repite lo ocurrido en en 2015, cuando Ipar Euskal Herria –como Bretaña o Corsica– optó por un voto de barrera frente al entonces Frente Nacional.
Siguiendo con el panel de candidaturas, Europe Ecologie-Les Verts, abanderados por Nicolas Thierry, tendrán como segunda en la lista departamental a la abogada vasca Sophie Bussière, mientras que la France Insoumise lleva como cabeza de cartel a la secretaria general de su grupo en la Asamblea Nacional, Clémence Guetté, que tendrá como número dos en su lista correspondiente al departamento que incluye a Euskal Herria a una reconocida militante de la causa palestina, la lohizundarra Ida Trichine.
Finalmente, la plancha de Lutte Ouvrière lleva de cabeza de cartel en la Región de Nueva Aquitania a Guillaume Perchet, obrero de Gironde y abnegado candidato que ya condujo la lista troskista en las regionales de 2015, las legislativas de 2017, las europeas de 2019 y las municipales de 2020. En su plancha figura como referencia de la parte vasca del departamento la profesora lohizundarra Jaqueline Uhart.