Maite Ubiria
Aktualitateko erredaktorea, Ipar Euskal Herrian espezializatua / redactora de actualidad, especializada en Ipar Euskal Herria

La Sanidad francesa cambia su app para bloquear la vacunación a «no residentes»

La app con la que se administran las citas para la vacunación en el Estado francés, y también en Ipar Euskal Herria, ha incluido un anuncio redactado en francés y español destinado a recordar que «solo los nacionales o residentes franceses» tienen derecho a acceder a la vacuna contra el covid-19.

Un centro de vacunación de París. (Come SITTLER/POOL/AFP)
Un centro de vacunación de París. (Come SITTLER/POOL/AFP)

La situación creada en los centros de vacunación de la costa labortana en las últimas semanas, a raíz de que ciudadanos llegados desde el sur del Bidasoa aprovecharan que la app francesa con la que se administra la vacunación en Ipar Euskal Herria no exigía aportar datos de residencia a la hora de reservar cita, debería resolverse con el cambio introducido en Doctolib.

La página web ha incluido una nota, escrita en francés y en español, para aclarar que «para recibir la vacuna debe ser nacional o residente francés» y se aclara que se solicitará un justificante para probar tal condición.

De la misma manera previene que la tarjeta sanitaria europea no da acceso a la vacunacion. El mensaje finaliza con la advertencia de que si no se respetan esas condiciones no se puede recibir la vacuna.

Efectivamente, hasta la fecha no era necesario aportar más datos que la identidad y fecha de nacimiento para sirviéndose de Doctolib hacerse con la cita vacunal.

A partir de ahí, la web identificaba la vacuna correspondiente a la edad del usuario y le proponía a un calendario y lista de centros de la zona marcada como preferente.

Ahora, antes de completar el registro aparece el citado mensaje. Solo si se aceptan las condiciones que se fijan en la app se puede confirmar la cita vacunal.

El criterio de edad

Desde que se iniciara la vacunación en el Estado francés, el pasado mes de enero, la mayor dificultad para los vecinos de Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi ha sido lograr una cita vacunal. Así fue hasta que, superada la crisis con la vacuna Astrazeneca, se empezaran a normalizar los envíos de inyecciones.

Sin embargo, a partir de mayo, la vacunación cogía ritmo, con la vista puesta en ese horizonte fijado a escala hexagonal de llegar a mediados de junio con 30 millones de personas vacunadas (al menos con una dosis).

A 21 de junio un 58% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna en el departamento que incluye a Ipar Euskal Herria.

Fue el 15 de mayo cuando se abrió la vacunación a personas de 50 años y a principios de junio a los de 18 años de edad.

Para garantizar un nuevo impulso al proceso de vacunación, con vistas al verano, las autoridades sanitarias francesas optaron por despejar del todo el criterio de edad. De esta forma, desde el 15 de junio pueden recibir la vacuna también los adolescentes, a partir de los 12 años de edad.

A raíz de que se abriera la vacunación a las franjas de población más joven comenzaron las peticiones de vacuna a cargo de personas llegadas desde el sur del Bidasoa. Hasta que el goteo se transformó en peticiones masivas de citas, tras aparecer información al respecto en varios medios de comunicación.

El problema se ha centrado en el centro de vacunación de Biarritz, en el que todo apunta a que no se habría comprobado de forma exhaustiva que las personas que acudían a vacunarse contaban con la tarjeta sanitaria francesa, que solo se atribuye por criterio de nacionalidad o de residencia.

Tras encenderse todas las alarmas, una responsable del centro de vacunación de Biarritz confirmaba a NAIZ que se había dirigido al organismo encargado de la vacunación, primero en Nueva Aquitania y luego en París, para que fijara con claridad los criterios.

Y así ha ocurrido. En forma de advertencia bilingüe, pero con el epígrafe «ESPAÑOL» en mayúsculas, Doctolib aclara un criterio conocido, por ser el que rige en la UE: cada persona debe vacunarse en su lugar de residencia y siguiendo los criterios que marque el organismo sanitario del que depende.

Una política sanitaria sin fronteras

Más allá de los fallas de una app y del embrollo causado por las vacunaciones de «no residentes», principalmente en Biarritz, esta pequeña crisis ha vuelto a evidenciar las carencias en cuanto a política sanitaria a escala de Euskal Herria.

A excepción de algunas zonas pirenaicas, con sistemas compartidos, la demanda de mancomunar los servicios sanitarios, empezando por las urgencias a ambos lados de la muga, es una demanda muy extendida en la ciudadanía y compartida por los equipos de salud, pero sigue sin hacerse realidad.

La vacunación ha funcionado de forma muy diferente a ambos lados de la muga, y más allá de otras consideraciones, este «exilio vacunal» debería hacer pensar sobre lo que funciona bien y lo que no.