Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / redactor de actualidad

Pese al «macrobrote» de Mallorca la evolución sigue siendo buena en los grupos de mayor riesgo

Según el informe de Osakidetza, la incidencia entre los jóvenes de 17-18 años está en 768 casos por cien mil habitantes, cuando hace una semana era de 233. El impacto del brote originado en Mallorca es enorme en esta franja de edad, sin embargo, en los grupos más sensibles la afección sigue cayendo.

Varias personas pasean por el centro de Donostia.          (Gorka RUBIO I FOKU)
Varias personas pasean por el centro de Donostia. (Gorka RUBIO I FOKU)

El «macrobrote» con origen en Mallorca, que se salda de momento con 172 contagios y el aislamiento de más de trescientos jóvenes, ha provocado que la incidencia acumulada del covid haya aumentado en las últimas horas en la CAV. De forma leve, menos de un punto –de 103,33 a 104,10–, aunque más pronunciada en Gipuzkoa, que en cinco días ha pasado de sumar 79 a 89 casos por cien mil habitantes.

En Bizkaia también aumentó la incidencia el domingo, un par de puntos, de 109,48 a 111,48, y hay otros indicadores que han ido a peor, como el número reproductivo básico, que está en 1,08 –y nada menos que 1,49 en Gipuzkoa–, y la razón de tasas, que se ha elevado a 0,91, cuando hace una semana estaba en 0,73.

Aunque el dato que mejor resume el impacto del brote balear es la incidencia entre las personas de 17 y 18 años de edad, que hace una semana estaba en 233,91 casos por cien mil habitantes y según el informe de ayer se ha situado en 768,21 casos, más del triple en siete días.

Es lógico, por tanto, que los responsables sanitarios estén articulando medidas para evitar que los contagios se extiendan a otros grupos de población, y el fin de semana quinientos jóvenes participaron en los cribados organizados por Osakidetza.

Sin embargo, aunque se están reportando casos entre familiares de los afectados, de momento las consecuencias del brote no se están sintiendo en el resto de las franjas de edad, y la evolución sigue siendo positiva, con caídas en la incidencia en absolutamente todos los colectivos menos en el de 17 y 18 años.

Los datos, en este sentido, son muy positivos entre las personas mayores de 65 años, donde la incidencia es de 22,66 casos por cien mil habitantes, y cae hasta 18,93 casos en la franja entre 65 y 79 años de edad, donde están cada vez más acerca de la erradicación práctica del covid. Algo por encima, pero también con tendencia a la baja están los de 80 años o más, con 30,70 casos por cien mil habitantes.

El grupo entre 60 y 69 años

Estos números, y la tendencia que se refleja en ellos, son importantes, ya que las consecuencias más graves del covid se centran en gran medida en esos grupos de edad. Y aunque esa enfermedad puede provocar también importantes complicaciones, incluso la muerte, en personas más jóvenes, las estadísticas indican que en torno al 95% de los decesos –un 95,6%, según el último informe semanal de Osakidetza– se producen entre los mayores de 60 años.

Precisamente, las personas entre 60 y 69 años pueden ser la principal causa de inquietud en este momento, dado que en ese grupo de edad el porcentaje de personas inmunizadas aún es bastante pequeño. Solo el 48,6%, según el último informe de vacunación de Osakidetza.

Esto es así porque a la mayoría se le ha administrado la vacuna de la firma AstraZeneca, cuya segunda dosis debe inocularse doce semanas después de haber recibido la primera. Ahora se está empezando a completar el proceso iniciado en abril, y no va a concluir hasta mediados de agosto.

Teniendo en cuenta que recibir ambas dosis es la única garantía frente a la variante Delta, más contagiosa y que ya representa el 15% de los casos en la CAV, según dijo ayer Jonan Fernández, coordinador del LABI técnico, mantener a raya la transmisión del virus hasta que ese grupo complete la vacunación va a ser el reto de las próximas semanas.