NAIZ

El Bellas Artes compra el ‘Guernica’ de Ibarrola mientras el de Picasso sigue en Madrid

El Museo de Bellas Artes de Bilbo ha adquirido por 300.000 euros la versión del ‘Guernica’ de Ibarrola. Mientras, la obra pintada por Picasso permanece en Madrid a pesar de las infructuosas peticiones y gestiones realizadas para que venga a Gernika.

Imagen del mural de grandes dimensiones pintado por Agustín Ibarrola se expone estos días en Arco. (NAIZ)
Imagen del mural de grandes dimensiones pintado por Agustín Ibarrola se expone estos días en Arco. (NAIZ)

El ‘Guernica’ de Agustín Ibarrola, que se expone estos días en la Feria Arco de Madrid por la galería José de la Mano, ha sido adquirido por el Museo de Bellas Artes de Bilbo por 300.000 euros.

El mural, que ha permanecido olvidado en el estudio del pintor durante décadas, ha sido adquirido gracias a la aportación de las tres instituciones fundadoras del museo: el Gobierno de Lakua, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbo, según señala la galería en la nota hecha pública.

El ‘Guernica’ de Ibarrola, que se encuentra en buen estado de conservación, es una obra de grandes dimensiones, formada por diez lienzos que forman una imagen de 2 metros de altura por 10 metros de largo.

El Bellas Artes califica el ‘Guernica’ de «obra emblemática del arte vasco» y de Ibarrola, además de recordar que su exhibición en 1979 fue «uno de los episodios más significativos de la historia reciente del museo».

El mural, de 10 metros de largo por 2 de alto, fue realizado por Ibarrola hacia 1977 como homenaje al ‘Guernica’ (1937) de Pablo Picasso y como símbolo de la reclamación del cuadro por parte de un grupo de artistas e intelectuales que, por entonces, anhelaban instalarlo en un nuevo museo construido a tal efecto en la villa de Gernika.

La exposición de este cuadro coincide con los cuarenta años de la llegada de la mítica obra de Picasso al Estado español. Durante décadas, tanto instituciones como ciudadanos vascos han reclamado que se traslade a Gernika desde el Museo Reina Sofía, donde se encuentra. Durante todos estos años se han llevado a cabo diversas inciativas, entre ella recogidas de firmas, pero la obra continúa en Madrid.

El mismo año de su creación la obra se dio a conocer en la sala Gris del Museo de Bellas Artes de Bilbo, que volvió a presentarla dos años más tarde, esta vez acompañada por otras creaciones de Ibarrola de estilo geométrico y con su característica temática social de obreros y fábricas.

En ella se pueden ver algunos de los motivos figurativos más icónicos de la obra de Picasso junto con elementos propios del universo creativo de Ibarrola, como los enrejados geométricos que simbolizan su denuncia del clima de opresión de la dictadura y su reivindicación de las libertades.

La obra fue localizada por el galerista José de la Mano, que lo vio por casualidad en un catálogo antiguo en busca de obras geométricas del artista.

Preguntó a la familia y lo localizaron en el almacén junto a otras obras de Ibarrola en un caserío de la localidad de Gametxo que, durante décadas, ha usado como estudio.

La familia quería que la obra se quedara en una institución pública, o en una colección privada pero que tuviera un museo en el que se expusiera para el público general.

La adquisición ha propiciado también la donación de otras dos pinturas de Ibarrola al museo fechadas entre 1973-1979. Ambas obras formaron parte de un singular montaje expositivo concebido por el pintor para la exposición de esta emblemática obra en la sala Gris del museo vasco en 1979.

Ibarrola, retirado de la vida pública, explicó en 1978 esta obra, donde se reconocen claramente las icónicas figuras que pintó Picasso, en este caso rodeadas por unas formas que podrían ser rejas.

«En otra dimensión ya aparece en mí la preocupación [...] del mundo de las rejas. Las rejas me estaban impresionando mucho, todo el silofón de las rejas, todos los movimientos de los candados, de las cadenas golpeando contra las rejas», indicó.