Un informe elaborado por la organización InfluenceMap denuncia que «los principales grupos industriales de Europa presionan activamente contra los esfuerzos para aplicar los objetivos climáticos de la UE para 2030, oponiéndose a los elementos clave del paquete ‘Fit for 55’». Así lo ha explicado a Efe la analista de la organización Venetia Roxburgh, quien alerta de que, de tener éxito esta oposición, «podría socavar el progreso de la UE hacia la neutralidad climática».
La investigación ha sido publicada de cara a la presentación este miércoles de las doce iniciativas de la Comisión Europea bautizadas como ‘Fit for 55’, un paquete de medidas que deber servir para articular durante la presente década la obligación legal de la UE de desprenderse del CO2 en 2050, con la meta intermedia de reducir un 55% las emisiones de aquí a 2030 con respecto a las de 1990.
El estudio, para el que se analizaron 216 grupos industriales que han respondido a las consultas de la Comisión, refleja un apoyo casi unánime al objetivo de neutralidad en carbono para 2050, pero este respaldo se desploma hasta el 36% cuando se trata del primer reto de reducir las emisiones en un 55% para 2030 frente al 40% vigente hasta ahora.
Los sectores más reacios: transporte, siderurgia y química
La falta de apoyo a este objetivo es especialmente fuerte en «las asociaciones intersectoriales europeas», como la del transporte y la industria pesada, incluidos el acero y la química, con un discurso enraizado en la idea de que la «acción climática acelerada y unilateral amenaza la competitividad de las empresas europeas», detalla InfluenceMap.
Y los grupos industriales de la aviación y del transporte marítimo son los que se muestran más reticentes a aplicar los objetivos del Acuerdo de París en el territorio de la UE.
Por su parte, el sector energético se ha convertido en uno de los «principales defensores» para lograr una ambiciosa hoja de ruta climática en la UE, a la vez que aboga por eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, pese al rechazo de los sectores intensivos en energía y la cadena de valor de los combustibles fósiles.
«Hay una creciente presión de los inversores sobre las empresas para que se tomen en serio el cambio climático, lo que significa alinear su apoyo a los objetivos de cero neto con su comportamiento real de cabildeo», ha señalado Roxburgh.
Competencia y dependencia energética
El compromiso más intenso de la industria se ha centrado en la reforma del Sistema de Comercio de Emisiones de la UE, así como en la propuesta del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera, por el que se gravarían algunas importaciones de productos que lleguen de países con menos exigencias climáticas para garantizar una competencia igualitaria.
Con el programa ‘Fit for 55’, el Ejecutivo comunitario no solo pretende reducir las emisiones, sino que también busca transformar gradualmente la sociedad en su conjunto y generar un crecimiento económico más sostenible, al mismo tiempo que se persigue reducir la dependencia energética de la UE.
No obstante, si las empresas no se alinean con las ambiciones climáticas de la UE, «estas políticas corren el riesgo de debilitarse» y no se cumplirían los objetivos climáticos para esta mitad del siglo, como advierte la analista de InfluenceMap.