El calor y la humedad de Tokio ya han empezado a pasar factura en las primeras competiciones de los Juegos Olímpicos. Han sido muchos y muchas –periodistas como deportistas– que estaban advirtiendo sobre la extrema climatología con la que se iban a encontrar en la capital nipona, pues la tiradora de arco rusa Svetlana Gomboeva, de 23 años, se ha desvanecido cuando en la prueba clasificatoria de las 9:00 de la mañana de Tokio (a las 2.00 de Euskal Herria) el mercurio marcaba ya los 30 grados con una humedad del 60%.
La arquera se ha derrumbado tras revisar su puntuación final y ha tenido que ser atendida por personal sanitario y los compañeros de su equipo, que compiten sin bandera a través del Comité Olímpico Ruso (COR), según recogió el diario deportivo nipón Sports Nippon Anenex.
La escena fue recogida por los reporteros y fotógrafos escogidos para asistir al evento, en el marco de las estrictas medidas anticovid, que limitan enormemente el acceso a los eventos, que se están celebrando en Tokio sin espectadores.
Gomboeva ha recuperado rápidamente la conciencia, pero tuvo que ser sacada de la arena en camilla. La deportista rusa ha declarado posteriormente a los periodistas que es la primera vez que le sucede algo así y que la humedad ha sido un factor clave.
La rusa tiene programado participar en una eliminatoria por equipos el próximo domingo 25 de julio y en una prueba individual eliminatoria el jueves día 29.
Antes de la explosión de la pandemia, las altas temperaturas que caracterizan a Tokio en los meses estivales eran la mayor preocupación para la celebración de los Juegos.
El calor, cuya sensación térmica es muy superior debido a la humedad del verano en la capital japonesa, fue el factor determinante que llevó a los organizadores a llevar hasta Sapporo, en el norte del archipiélago, las pruebas de maratón y marcha.