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La polución de industrias pesqueras tiñe de rosado una laguna en Argentina

La contaminación de una laguna con un líquido industrial que la ha teñido de color rosado intenso en la Patagonia argentina ha provocado gran alarma entre los vecinos.

La laguna, que tiene una extensión de entre 10 y 15 hectáreas, ha quedado completamente teñida de color rosado intenso. (Daniel FELDMAN/AFP)
La laguna, que tiene una extensión de entre 10 y 15 hectáreas, ha quedado completamente teñida de color rosado intenso. (Daniel FELDMAN/AFP)

El origen del conflicto fue el permiso otorgado a empresas pesqueras para volcar desechos en la Laguna de Corfo, a 30 kilómetros de la costera ciudad de Trelew (provincia de Chubut) y a 1.400 km al sur de Buenos Aires.

«La coloración se debe a un conservante, el sulfito de sodio. Es un antibacteriano que contamina también las napas del río Chubut y aguas de las ciudades de la región. La ley ordena el tratamiento de tales líquidos antes de ser volcados», explica a France Presse el ingeniero ambiental y virólogo Federico Restrepo, experto colombiano que reside y trabaja en el país.

La laguna ocupa un espacio de entre 10 y 15 hectáreas. Está situada en el Parque Industrial de Trelew, ciudad fundada por impulso de la inmigración galesa en el siglo XIX, al igual que la popular colonia de Gaiman.

Chubut es un distrito de casi 600.000 habitantes, con una economía agrícola, industria alimenticia, pesca y turismo. En la región está Puerto Madryn, célebre por los avistamientos de ballenas y la pingüinera de Punta Tombo.

«Se hizo un acuerdo con una empresa (que transporta efluentes de las pesqueras) para volcar líquidos en la laguna de Corfo. El color rojizo no provoca daño y en unos días desaparecerá», dice el responsable de Control Ambiental de la provincia, Juan Micheloud. En desacuerdo, el secretario de Planificación de la comuna de Trelew, Sebastián de la Vallina, responde: «No puede ser que se minimice algo tan grave».

Decenas de empresas de capitales extranjeros operan en la zona para la pesca en aguas de jurisdicción argentina del Océano Atlántico.

Vecinos denuncian olores nauseabundos y proliferación de insectos, entre otros daños al medio ambiente.