El lehendakari tiene razón
El lehendakari, Iñigo Urkullu, tiene razón: «No es la forma adecuada». Las vicisitudes en torno a las convocatorias de las conferencias de presidentes autonómicos que hace el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y a las que el de la CAV amaga con no acudir, se asemejan más al regateo en un zoco que a una relación normalizada de cogobernanza y bilateralidad. Es cierto que, a cambio de su presencia y de añadir la ikurriña a la fila de banderas ante las que se fotografiaran los asistentes, el Gobierno de Lakua no ha conseguido más que aquello que ya era suyo; como cuando se presenta como un logro la transferencia de competencias que deberían estar cerradas hace ya décadas. Pero no es menos cierto que algún importante interés tiene que tener La Moncloa en que Urkullu esté allí para que dos años seguidos haya aceptado pagar el precio de que se le acuse de dar prebendas y beneficios al nacionalismo vasco para «comprar» su asistencia.
No podemos olvidar que estas citas sirven para poco cuando, como explicaba Bingen Zupiria, «el reglamento de la Conferencia de Presidentes habla de unas reuniones preparatorias, en las que se establece el orden del día y se van adoptando diferentes propuestas para su correcto funcionamiento, y esto es algo que no ha sucedido». Pero aunque no sea en la forma adecuada y pese a los desplantes, Urkullu y Sánchez quieren seguir posando juntos.