Para garantizar la «cohesión social» en la Comunidad Autonómica del País Vasco, el delegado en la zona del Gobierno español, Denis Itxaso, se jactó esta semana del esfuerzo realizado en actuaciones como las «26.209 personas que han recibido el Ingreso Mínimo Vital», el medio millón de pensionistas que se «han beneficiado de la revitalización de las pensiones en el IPC», las 43.222 personas que han recibido 665,8 toneladas de comida, los 68.430 litros de aceite de oliva repartidos, el 1,1 millones de euros destinados a los «centros de Atención Integral 24 horas a víctimas de violencia sexual»...
Y al final de este apartado dedicado a la «cohesión social», el documento “Cumpliendo” presentado por Denis Itxaso incluye que «se ha inaugurado el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria».
Como informaba Ramón Sola en la edición de ayer, este Memorial ha recibido de los Presupuestos del Estado una subvención de 1,65 millones este año. Así ha sido durante los cuatro últimos ejercicios, lo que añadido al histórico de gasto, hace una suma total cercana a los 11 millones de euros, es decir, mucho más que buena parte de las actuaciones de «cohesión social» recogidas por la Delegación del Gobierno.
Objeto de discordia
Desde su propia concepción, el Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo se ha convertido más en un elemento de discordia que en un factor de cohesión. El mismo día de su inauguración a cargo de Felipe VI y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en las inmediaciones se produjo una concentración en exigencia de una memoria inclusiva recordando, entre otras cosas, que estando en Gasteiz, no tenga un apartado expreso para las víctimas de la violencia del Estado del 3 de Marzo.
El recorrido por el Centro Memorial evidencia la parcialidad del recuerdo que, por ejemplo, en el apartado de «Respuesta al terror» recoge las actuaciones más publicitarias de las FSE pero no otras evidencias como el uso de la tortura y de la guerra sucia por su parte.
Esta parcialidad e incluso cierto grado de condescendencia con lo más sangrante de la dictadura franquista se ha producido cuando el 2 de agosto el Centro Memorial publicó en las redes sociales que el torturador, exmiembro de la Gestapo e inspector de policia «llegó a su casa en autobús, subió la escalera y cuando su mujer abrió la puerta sonó un disparo que alcanzó a Manzanas por la espalda. Recibió 4 tiros más y murió casi en el acto».
La respuesta del Centro Memorial fue ir bloqueando en las redes uno por uno a quienes criticaban esta publicación, aunque después, ante el escándalo, se corrigió parcialmente.