El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha abandonado este domingo el país poco después de la entrada de los talibán en la capital, Kabul, en la culminación de la gran ofensiva que les ha llevado a recuperar el control del país tras la retirada de las tropas internacionales.
El lunes, mediante un mensaje en vídeo difundido desde Qatar, el mullah Baradar Akhund, resposable de la oficina de los talibanes en Doha, ha proclamado su victoria en Afganistán y ha anunciado que «la guerra ha concluido» en el país. «Hemos alcanzado una victoria que no se esperaba (...) debemos mostrar humildad ante Alá», ha destacado.
Ghani se ha marchado acompañado de un estrecho círculo de colaboradores tras entregar las competencias sobre la autoridad de las negociaciones con los talibán a los líderes políticos del país, según explicó el ministro de Defensa en funciones, Bismila Mohammadi.
El presidente afgano se habría dirigido a Tayikistán, según ha confirmado un asesor cercano del mandatario a la cadena india WION News, sin dar más detalles. Entrada ya la noche ha hecho público un comunicado en el que afirma que se ha ido para evitar «un derramamiento de sangre».
Ghani ha indicado que se trató de una «decisión difícil», pero cree haber conseguido evitar «un gran desastre humano» al decidir no resistir en esta ciudad de varios millones de habitantes.
En torno a las 17.30 en Euskal Herria, agencias internacionales como Reuters han informado de que los talibán ya están dentro del palacio presidencial de Kabul. Y posteriormente se ha confirmado en las cámaras de Al-Jazeera.
De las embajadas al aeropuerto
El dato más evidente en las últimas horas de la cercanía talibán era hasta entonces que han empezado a vaciarse embajadas. Así, tanto Estados Unidos como Alemania han dado a conocer que han evacuado a su personal diplomático, que iba con rumbo al aeropuerto de Kabul a primera hora de esta tarde en Euskal Herria. Otro tanto han hecho el Estado francés, Canadá... de forma absolutamente acelerada.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo ha admitido en una ronda de entrevistas televisivas. Ha criticado además a las fuerzas de seguridad afganas, de las que ha dicho que han sido «incapaces de defender el país» ante la ofensiva talibán, que ha avanzado «más rápido de lo que esperaba» Washington.
No obstante, ha querido marcar distancia entre este proceso de retirada y el caótico de la guerra de Vietnam (1975, en la capital Hanoi), con una declaración tajante: «Esto no es Saigón».
Sin embargo, en torno a las 19.00 Estados Unidos ha emitido una alerta que indica que se han producido disparos en el aeropuerto y que en consecuencia la situación de seguridad ha cambiado «rápidamente». «Estamos pidiendo a los ciudadanos estadounidenses que se mantengan en un lugar seguro", señala la Embajada en un breve aviso.
La OTAN está tratando de blindar la salida de los cuerpos diplomáticos, pero la situación en el aeropuerto de Kabul es muy confusa. Se habla también de un incendio en la instalación.
Esta retirada de la embajada, por otro lado, se produce apenas 18 horas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, indicara que iba a mandar 5.000 soldados a Afganistán (en lugar de 3.000 previstos inicialmente) para ayudar a proteger la marcha. Y de que amenazara a los talibanes con duras represalias si atacan a personal o instalaciones de EEUU.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ha anunciado este lunes que todo el personal de la embajada de Estados Unidos en de Afganistán ha sido evacuada y se encuentra en el aeropuerto de la ciudad de Kabul para proceder a su salida del país tras la toma de la capital por los talibán.
«Podemos confirmar que la evacuación segura de todo el personal de la Embajada ahora está completa», ha dicho según recoge la CNN. «Todo el personal de la Embajada está ubicado en las instalaciones del aeropuerto internacional Hamid Karzai, cuyo perímetro está asegurado por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos», ha añadido.
Tras la evacuación, la bandera estadounidense en la embajada ha sido retirada donde había un total de 4.000 empleados, ciudadanos estadounidenses y afganos, que esperan salir del país.
Los que sí han llegado esta tarde a Kabul son soldados británicos, con la misión también de colaborar en evacuaciones, según la imagen difundida por su ministerio de Defensa.
El ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, también ha anunciado este domingo el cierre de la Embajada del país en Kabul y el traslado inmediato de todo el personal al sector militar del aeropuerto de la capital afgana «Ante el drástico deterioro de la situación de seguridad, instamos a los ciudadanos alemanes a que abandonen el país inmediatamente», ha hecho saber su cartera en una nueva alerta de viaje confirmada por Maas en su cuenta de Twitter.
Dicen querer negociar
Según han confirmado fuentes oficiales y testigos al diario estadounidense ‘The Washington Post’ a primera hora de la mañana, la cúpula talibán habría dado orden a los combatientes de que se abstengan de entrar por la fuerza. Sin embargo, luego la entrada se ha precipitado.
«Todas las partes del país han quedado bajo el control del Emirato Islámico», de acuerdo con un comunicado publicado por su portavoz habitual, Zabihulá Muyahid, en su cuenta de Twitter.
Los responsables de las tropas talibanes, según estas fuentes, «ordenan a todas sus fuerzas que se coloquen a las puertas de Kabul y que no intenten entrar en la ciudad» para evitar un derramamiento de sangre a la espera del inicio de un proceso de negociación para tomar Kabul de manera incruenta.
«Dado que la capital, Kabul, es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza, sino de entrar pacíficamente en Kabul. Se están celebrando negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de forma segura», explica la nota.
A media tarde ha trascendido la creación del llamado Consejo de Coordinación que se encargará de gestionar «una transferencia pacífica de poder» Estará formado por el expresidente afgano Hamid Karzai; el negociador jefe del Gobierno afgano en las conversaciones de paz con los talibán, Abdulá Abdulá; y el antiguo 'señor de la guerra' y líder de Hezb-e-Islami, Gulbuddin Hekmatyar, una de las figuras 'muyahidin' de más relevancia durante la guerra contra la Unión Soviética en los años 80.
La misión de este organismo será la de «prevenir el caos y reducir el sufrimiento de la gente, y para administrar mejor los asuntos relacionados con la paz y la transferencia pacífica».
De hecho, ha sido el propio Abdulá quien confirmó la salida de Ghani. Su antiguo rival político, ahora mismo jefe del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional, ha transmitido esta tarde un mensaje de calma y espera que «este día y esta noche tan difíciles» para el país pasen pronto y que la gente vea «días de paz», según un vídeo recogido por la cadena afgana Tolo News.