En su primera alocución tras la toma del poder por los talibanes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha corregido en parte la versión oficial de la ocupación hace 20 años, al destacar que el objetivo de su país nunca fue «crear una democracia unificada y centralizada», sino únicamente evitar los ataques a suelo estadounidense, como el 11S.
«Se supone que nuestra misión en Afganistán nunca fue construir una nación», ha dicho Biden en un discurso al país, tras las escenas de caos vividas en las últimas horas en el aeropuerto y la evacuado precipitada de su embajada.
En su exposición ha argumentado que políticos y soldados afganos han desertado y dejado el país en manos de los talibán. «Los políticos afganos se han rendido, han huido (...). Nuestras tropas no pueden, ni deben luchar y morir en una guerra que las fuerzas afganas no están dispuestas a pelear».
«Respaldo por completo mi decisión. Después de 20 años, he aprendido de la manera más dura que nunca habría un buen momento para retirar las tropas estadounidenses», ha añadido Joe Biden. Ha admitido, en cualquier caso, que no esperaban un avance talibán tan rápido. De hecho, el propio presidente puso en duda no hace muchos días que fuera a consumarse el vuelco que se ha anticipaba.
Biden ha insistido en el dinero que Estados Unidos ha destinado a esta guerra y ha enumerado los esfuerzos realizados para capacitar, formar y mantener a las fuerzas de seguridad afganas para lamentar luego que lo único que no están en condiciones de facilitarles son «las ganas de luchar por su país».
Ha apuntado aquí que a Rusia y China les encantaría que Estados Unidos siguiera gastando cantidades millonarias en Afganistán.
Amenazas al final
En paralelo, Biden ha afirmado que Estados Unidos defenderá a su gente con «fuerza devastadora» si los talibanes atacan a personal estadounidense o sabotean la evacuación de Afganistán.
Aparte de las tropas y el personal diplomático, Estados Unidos ha contado con miles de colaboradores en Afganistán en estas dos décadas de ocupación y guerra. Ahora ha enviado 7.000 soldados para tratar de evacuar a quienes lo requieran.
Tras esta alocución, el mandatario ha vuelto a su residencia veraniega de Camp David.