La posición del Gobierno británico, durante los últimos años, ante la demanda escocesa de celebrar un nuevo referéndum de independencia ha sido firme. No habrá otra consulta al menos a corto plazo.
Esta ha sido la postura defendida también por el premier Boris Johnson, que ha argumentado repetidamente que «no es el momento», que un referéndum de independencia «es un voto a realizar solo una vez durante una generación» e incluso llegó a señalar 2054 como una fecha «aceptable» para celebrarlo a pesar de que desde la cita de hace siete años se ha renovado más del 10% del censo electoral.
Sin embargo, parece que en el seno del Ejecutivo de Londres y del Partido Conservador se comienza a variar esa posición, abriendo la puerta a que Johnson pueda aceptar una petición formal de Nicola Sturgeon.
A principios de mes fue el histórico dirigente conservador y parlamentario en Westminster Michaerl Gove quien aseguró al Sunday Mail que «si existe una voluntad resuelta a favor del referéndum, habrá uno». Hoy, en declaraciones a la web Politico, el secretario de Estado del Gobierno británico para Escocia, Alister Jack, ha sido incluso más claro: «Si constantemente viera que el 60% de la población deseaba un referéndum, no que deseaba la independencia, sino que deseaba que se celebrara un referéndum, y eso se mantuviera durante un período razonablemente largo, entonces reconocería que había un deseo de un referéndum. Cualquiera puede ver eso».
Llama la atención la cifra dada por Jack. Y es que, en la última encuesta de YouGov, publicada el pasado 18 de julio, el 59% de los escoceses consideraba que se debería celebrar un referéndum «pronto».
A pesar de ello, el secretario de Estado para Escocia ha subrayado que su formación cree que «no es el momento» y que deben «priorizar la salud y la recuperación económica». La premier escocesa, Nicola Sturgeon, ha mostrado en reiteradas ocasiones su deseo de celebrar la consulta en la primera mitad de la actual legislatura, es decir, antes de que termine 2023. Eso sí, siempre ha añadido que para ello la crisis sanitaria debería estar superada. Ambos extremos quedaron también reflejados en el acuerdo de gobierno firmado la semana pasada con los Verdes.
El SNP celebrará su conferencia anual de otoño del 10 al 13 de setiembre, antes de lo que acostumbra a hacerlo. Se espera que de allí salga un renovado impulso hacia el referéndum.