NAIZ
Nueva York

La otra explosión del jueves en Kabul fue la «autodestrucción» de la última base de la CIA

Poco después de que se registrara el ataque del jueves junto a la puerta Abbey de acceso al aeropuerto de Kabúl, el Ejército de EEUU voló una antigua fábrica de ladrillos que se ubicaba en la zona: se trataba de la última base avanzada de la CIA en Afganistán, Eagle Base.

Esta imagen de satélite muestra una de las zonas de acceso por carretera al Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul el 19 de agosto de 2021. (Maxar Technologies-AFP)
Esta imagen de satélite muestra una de las zonas de acceso por carretera al Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul el 19 de agosto de 2021. (Maxar Technologies-AFP)

El Ejército estadounidense ha destruido Eagle Base (Base Águila), el último centro de operaciones avanzadas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Afganistán, en uno de los últimos coletazos de la salida definitiva de las fuerzas del país norteamericano que culminará el próximo martes, 31 de agosto.

La detonación controlada de la base, próxima al aeropuerto de Kabul, ocurrió el jueves, poco después del atentado perpetrado por el Estado Islámico (ISIS) que ha costado la vida a 170 personas.

Fuentes del Ejército de EEUU han señalado al diario ‘The New York Times’ que esta voladura estaba programada de antemano y no guarda relación con el ataque del ISIS, en el que murieron 13 militares estadounidenses.

La operación fue realizada para impedir que la información que albergaba esta antigua fábrica de ladrillos, después centro de entrenamiento de «la Inteligencia antiterrorista afgana», no cayera en manos de los talibanes.

Estas «fuerzas antiterroristas» fueron las únicas que combatieron a los talibanes durante la fulgurante ofensiva insurgente que les llevó a recuperar el país en cuestión de días. «Eran excepcionales, el principal instrumento del Gobierno afgano para contener a los talibán durante estos últimos 20 años y padecieron muchísimas bajas durante esos días», se lamenta en declaraciones al diario neoyorkino el exoficial de la CIA Mick Mulroy.

El complejo era casi desconocido para los ciudadanos afganos y estaba rodeado de extremas medidas de seguridad, con muros de siete metros y una pesada puerta de metal blindado.

Allí se tiene constancia de un ‘asesinato extrajudicial’, el de un prisionero identificado como Gul Raman, que habría muerto de frío después de que un oficial le quitara la ropa. Una junta disciplinaria de la CIA dictaminó la apertura de un expediente pero la decisión fue finalmente anulada.