NAIZ

Bolsonaro amenaza al Supremo en una demostración de fuerza en la calle

En el Día de la Independencia y en un entorno de enorme tensión, Brasil ha vivido una jornada de marchas multitudinarias a favor y en contra del presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, quien ha amenazado a miembros del Supremo Tribunal Federal que le investiga por amenazas a la democracia.

Manifestación de seguidores de Bolsonaro en Sao Paulo, con una pancarta en la que piden la destitución del juez que le investiga en el Supremo.
Manifestación de seguidores de Bolsonaro en Sao Paulo, con una pancarta en la que piden la destitución del juez que le investiga en el Supremo.

El presidente de Brasill, Jair Bolsonaro, ha vuelto a atacar a la máxima corte del país, que le investiga por la difusión de noticias falsas en el marco de un proceso que ya ha llevado a la cárcel a numerosos activistas de ultraderecha, y ha lanzado críticas directas al magistrado Alexandre de Moraes, impulsor del caso.

«No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder (Supremo) encuadra (De Moraes), o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos», ha afirmado el mandatario, dejando entrever su amenaza contra las instituciones pero sin especificar las posibles represalias.

Desde las jornadas previas al Día de la Independencia se respiraba la tensión en Brasil. El presidente ultraderechista convocaba a sus seguidores en defensa de la «libertad» y los valores conservadores y para dar «un ultimátum» al Supremo Tribunal Federal (STF), mientras el exmandatario Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT), le acusaba de estimular la división, el odio y la violencia.

Bolsonaro ha tratado así de mostrar músculo en plena caída de popularidad y acosado por las investigaciones. Enfrentado al Poder Judicial desde hace semanas, Bolsonaro ha arengado por la mañana a sus partidarios en Brasilia, antes de viajar por la tarde a Sao Paulo. En la capital, ha prometido ante decenas de miles de seguidores escribir «una nueva historia» para Brasil. 

 «No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (…) no podemos permitir que una persona coloque en riesgo nuestra libertad», ha añadido en una referencia velada al magistrado Alexandre de Moraes, con el que se ha enemistado en un grave conflicto institucional.

Peticiones de golpe militar

Bolsonaro ha sobrevolado en helicóptero, junto a algunos ministros, la región donde se concentraban los manifestantes en Brasilia y luego se ha desplazado en coche por la Explanada de los Ministerios, donde se concentran las sedes de los tres poderes.

Los participantes, vestidos con camisas y banderas verdes y amarillas, los colores de Brasil, sostenían pancartas en las que pedían, entre otros asuntos, la destitución de los magistrados del Supremo e incluso una intervención militar.

El ataque a las instituciones, con las que Bolsonaro se ha enfrentado en los últimos meses, ha siuo de una de las banderas de las manifestaciones.

El presidente ha arremetido además contra el próximo proceso electoral, que ha calificado como «una farsa».

Decenas de miles de personas también se han congregado en la Avenida Paulista de Sao Paulo, donde también estaba prevista una manifestación opositora bajo el lema «Fuera Bolsonaro».

La víspera, cientos de manifestantes se habían concen en la región central de Brasilia y, tras romper un bloqueo policial, muchos de ellos entraron con camiones y otros vehículos por la avenida que conduce al Congreso, al Supremo Tribunal Federal y otros edificios del gobierno.

A pesar de afirmar que el objetivo de las marchas es defender la «libertad», partidarios de Bolsonaro enarbolaban carteles a favor de una intervención militar comandada por el excapitán del Ejército, de 66 años, otro nostálgico de la dictadura militar

El incierto rumbo que podían tomar las movilizaciones a lo largo del día ha acapardo el debate público en Brasil, incluso con alertas para evitar algo similar a la invasión en enero del Capitolio de EEUU por partidarios de Donald Trump.

Bolsonaro ha afirmado en los últimos días que esperaba movilizaciones multitudinarias para enviar un «ultimátum» a los jueces del STF que habían tomado lo que considera decisiones «inconstitucionales» contra su Gobierno.

«Un ensayo para las elecciones» con riesgo de violencia

Para Maurício Santoro, de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro, es la primera vez desde la vuelta de la democracia en Brasil que se vive una situación «semejante a lo que vimos en países como Hungría, Polonia, Venezuela y en EEUU con Trump». «Es una retórica autoritaria que debilita la democracia por dentro», ha explicado a AFP. A 13 meses de las elecciones presidenciales, «lo que estamos viendo hoy es un ensayo general de Bolsonaro» para entonces, agregó este profesor de Ciencia Política, que teme situaciones de «violencia y de inestabilidad».

En este sentido, la petición de una intervención militar está en boca de algunos grupos de extrema derecha que siguen instando a que las Fuerzas Armadas clausuren el Parlamento y el STF, una posibilidad que muchos temen se pueda materializar dado el nivel de polarización política que se vive en todas las esferas de la sociedad brasileña.

En un mensaje desde su cuenta de Twitter, Lula da Silva ha acusado a Bolsonaro de alentar las divisiones y el odio y de llamar  a la gente al enfrentamiento, en actos «contra la democracia».

Bolsonaro busca así una demostración de fuerza en momentos en los que su popularidad se encuentra a la baja, con un aprobación que ronda entre el 25% y el 30%, y las encuestas vaticinan una victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, su principal antagonista político, en las elecciones del próximo año.