Amaia  U. Lasagabaster
Kazetaria, kirol informazioan espezializatua / Periodista, especializada en información deportiva

El Eibar sufre y sobre todo goza con su primera victoria en Ipurua (3-2)

Los azulgranas se han impuesto al Sporting, que llegaba como líder imbatido. Stoichkov ha adelantado dos veces a su equipo para que los asturianos neutralizaran la desventaja en ambas ocasiones. Leschuk ha marcado el definitivo 3-2.

Stoichkov y Sol, protagonistas de los dos primeros goles armeros, celebran el 2-1. (Monika Del Valle/Foku)
Stoichkov y Sol, protagonistas de los dos primeros goles armeros, celebran el 2-1. (Monika Del Valle/Foku)

El Eibar coge carrerilla. Los azulgranas han celebrado su primera victoria de la temporada en Ipurua, en un partido que habían marcado en rojo y que ha tenido todo para convertirlo en mejorable. Porque el triunfo se ha conseguido ante un Sporting que llegaba líder e imbatido, porque los tres puntos permiten al equipo colocarse ya en la quinta plaza y porque el emocionante desarrollo del encuentro, sobre todo en su segunda parte, ha hecho que el pitido final se convirtiera en una explosión de alegría de las que, entre pandemia y disgustos, se había visto privado Ipurua durante muchísimo tiempo.

El Eibar ha afrontado el partido con el mismo once que saltó al Reale Arena la pasada semana. Y, como entonces, ha tratado de imponerse con ímpetu sobre el césped y, cuanto antes, en el marcador. Dicho y hecho, a los diez minutos llegaba el primer gol. Con la colaboración de Marc Valiente que, presionado por Fran Sol, ha cedido a su guardameta sin mirar para que Stoichkov, listo, llegara primero y firmara el 1-0.

Pese al minuto, buena parte del camino parecía hecha, sobre todo porque al Sporting le ha costado reaccionar tras el golpe. Lamentablemente, Cantero ha debido sentir lástima de los asturianos y, con un error suyo, ha llegado el empate poco antes de la media hora. Al guardameta se le escapaba de las manos un centro de Aitor y Fran Villalba lo aprovechaba para hacer el 1-1.

Ha sido el Eibar ahora el que se ha atragantado. No tanto como para dejarse avasallar pero, con el rival complicándole mucho la salida de balón, ha tenido muchos problemas para acercarse a Mariño, que apenas ha intervenido para detener, sin problemas, un cabezazo de Fran Sol a centro de Toño.

Retoque de Garitano

Gaizka Garitano ha retocado el equipo en el descanso. Glauder se ha quedado en la caseta, Sergio ha entrado en el campo, con cambio de dibujo que adelantaba la posición de Expósito. Con el capitán más liberado, el Eibar ha mejorado considerablemente en ataque. También ya contribuido el hecho de que los azulgranas acertaran a la primera para volver a tomar ventaja. Burgos ha colocado un balón en el área para que Fran Sol peinara y Stoichkov, bigoleador por segunda semana consecutiva, anotara el 2-1 a los tres minutos de la reanudación.

La pareja Sol-Stoichkov, bien asistida por Expósito y, en menor medida, Corpas, ha generado mucho peligro en el área sportinguista. El problema es que los asturianos no se han resignado a sufrir, con lo que el segundo tiempo se ha convertido en un toma y daca, extenuante para los futbolistas, apasionante para espectador. Sobre todo para el neutral. Y para el armero, al que los picos de tensión le han merecido la pena. En el 64, diez minutos desués de que Djuka rematara al palo y Aitor enviara fuera el rechace, llegaba el empate. Un centro de Guille Rosas al segundo palo se acababa convirtiendo en el 2-2 al meterlo en su portería Tejero cuando intentaba despejar.

Quizá por haber tenido que pelearlo dos veces, parecía más contento con el empate el Sporting. No los locales, que han dado otro paso adelante. Y que han agradecido la entrada de Correa y Blanco Leschuk. El extremeño, operado a final del pasado curso y que disputaba sus primeros minutos de la temporada, ha convertido en dos centros precisos a la cabeza del ariete charrúa los dos primeros balones que ha tocado. El 3-2 definitivo, con todo, llegaba con el toque exquisito de Expósito desde la izquierda, al que correspondía Leschuk con un testarazo imparable.

David Gallego, sin apenas tiempo por delante, ha vuelto a mover ficha. El último arreón de sus hombres, el tiempo que parecía no acabarse, lo ajustado del marcador y las ganas acumuladas de celebrar el triunfo en casa han convertido la recta final del partido en poco menos que una agonía pero el Eibar ha acabado sujetando los tres puntos que le colocan ya en la quinta plaza, a cinco de la sorprendente Ponferradina.