Garamendi pide «ortodoxia» económica y dice que «ojalá» tuviera veto sobre la reforma laboral
En un discurso de tono partidista y a contramano del nuevo consenso europeo, el presidente de la CEOE ha exigido «rigor fiscal» y ha dicho este miércoles que si la patronal «tiene que decir no, dirá que no» a los cambios que haga el Gobierno en su intento de derogar la reforma del PP.
El momento para hablar era el más álgido posible y Antonio Garamendi Lecanda no ha decepcionado este miércoles. Invitado por el New Economy Forum de Madrid para dar una conferencia sobre la coyuntura económica, el presidente de la CEOE, principal patronal del Estado, ha dejado clara su posición en contra a la derogación de la reforma laboral de 2012, en medio de los chispazos al respecto entre el PSOE y Unidas Podemos.
Con el presidente del PP, Pablo Casado, y la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís (Ciudadanos) presentes entre el auditorio, Garamendi ha sido presentado por el periodista Fernando Ónega, quien en tono casi de homenaje en vida ha citado los paseos en barco por el Ibaizabal que suele hacer el jefe de la patronal, ha recordado que fue creador de la Asociación de Jóvenes Empresarios del País Vasco y lo ha llamado «luchador». Acto seguido, ha hecho una ironía de dudoso gusto diciendo que actualmente «mete mano» con la ministra Yolanda Díaz y que hay «una tercera en discordia, Nadia, y una cuarta, Ione Belarra», que constituyen «casi una serie turca de este tiempo».
Con esa presentación extravagante, el líder de la patronal ha arrancado su conferencia hablando sobre la situación económica actual: «No podemos decir que esto va como un cohete ni que esto va fatal». Sin embargo, ha matizado que a los empresarios les «preocupa que sabiendo que se está recuperando el empleo» ahora se intenten unos presupuestos generales del Estado «sin equilibrio presupuestario».
«A la hora de trabajar, trabajemos con rigor, con ortodoxia económica y equilibrio. Si lo hacemos mal tendremos problemas en el año 2023. Ya la inflación no está dando un disgusto», ha señalado, a contramano de los nuevos consensos en la Unión Europea y la relajación de las medidas ortodoxas de austeridad fiscal.
Preguntado por las líneas rojas en la negociación por los cambios a la reforma laboral (la reunión de agentes sociales se hará próximamente) se ha permitido bromear así: «Bueno, rojo rojo, solo rojo las rayas que puede tener mi querido Athletic de Bilbao». Luego ha añadido que la patronal está «siempre dispuesta a hablar, incluso cuando no se pueda más por cansancio».
«No se puede radicalizar el mensaje»
«Los acuerdos se hacen hablando y no sacando públicamente debates que interesadamente se filtran», ha afirmado, esbozando una crítica a las filtraciones de la coalición de gobierno estatal, y subrayando: «No vamos a entrar en ese juego, cuando me he quejado que se filtren las cosas, lo que no se puede hacer es radicalizar el mensaje y encima en la calle».
Además, ha querido volver a poner la atención en las deudas pendientes de la política: «La temporalidad en el sector público es del 22 por ciento, y en el sector privado es 30 por ciento. Nosotros somos malos, muy malos, malísimos, pero nos adentramos en temas y los sacamos adelante, como la ley de riders».
También ha abogado porque se hable «de educación y formación dual» ya que »la ley no crea empleos por sí misma» y ha añadido que la Unión Europea pide a España que haga cambios por «la temporalidad y el empleo de los jóvenes».
Sobre la negociación que se viene en los próximos días sobre la reforma del 2012, ha añadido: «Nosotros no tenemos derecho de veto, ¡ojalá! Se ha demostrado con lo que ha sido lo del salario mínimo. Hemos explicado por que no estábamos de acuerdo». También se ha metido con los fondos europeos y considerado que va a ser engorroso que algunas empresas «tengan que hacer 17 trámites distintos porque la mitad de los fondos los gestionarán las autonomías».
Al concluir tras una hora de responder preguntas, Garamendi ha recalcado: «Si tenemos que decir que no (a la reforma), lo diremos. Respetando la legitimidad de quien la tiene... pero nosotros también tenemos la legtimidad que nos da el artículo 7 de la Constitución, somos agente social».
Ya con un discurso más partidista, ha afirmado que los empresarios defienden «la Constitución española y la unidad de España» porque la consideran «necesaria» y ha acabado con un pedido a Moncloa: «No nos debe llevar la radicalidad, nos debe llevar la centralidad».
Las declaraciones de Garamendi ocurren un día y medio después de la reunión de la comisión de seguimiento del pacto de investidura entre el PSOE y Unidad Podemos, con la ministra Díaz exigiendo públicamente que Sánchez se aclare y con los morados quejándose de la interferencia de la vicepresidenta Calviño, de perfil más liberal y menos sindical, en las conversaciones por la reforma laboral.