El presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, aún no ha anunciado formalmente el camino que seguirá para salir de la crisis política abierta en el país tras el rechazo de los presupuestos, pero en las últimas semanas ya ha manifestado en varias ocasiones que si las cuentas no salían adelante disolvería el Parlamento y convocaría elecciones anticipadas.

Por ahora, se encuentra realizando una ronda de contactos con los principales actores. Hoy ha sido el turno de las formaciones con representación parlamentaria que se encuentran divididas e, incluso, en plena guerra interna, como es el caso de la derecha.

16 de enero, posible fecha

Aunque no todos consideran que unas elecciones son la mejor opción, el 16 de enero se ha postulado como la fecha que la mayoría prefiere para acudir a las urnas.

El Partido Socialista ya piensa en las elecciones con el primer ministro, António Costa, cono candidato. La incógnita es si su estrategia electoral será el ataque de la izquierda en busca de la mayoría absoluta, como en 2019, o tender puentes pensando en una alianza si no salen las cuentas.

El actual ministro de Exteriores, Augusto Santos Silva, ya ha dicho esta semana que no descarta una nueva «geringonça», como se llama en Portugal al Gobierno de coalición.

La líder del Bloco de Esquerda, Catarina Martins, ha considerado, en una entrevista divulgada hoy por el semanario Expresso, que si los socialistas no consiguen mayoría absoluta deberán «repensarse» y negociar a la izquierda.

No obstante, tanto el Bloco como el Partido Comunista Portugués aseguran que hay alternativas al adelanto electoral y que cabe la posibilidad de presentar un nuevo presupuesto.

La derecha, con problemas

A Costa no le han cerrado la puerta ni la dercha, y el líder de la oposición, Rui Rio (PSD), se ha mostrado dispuesto a dialogar con los socialistas si llega el caso.

«El error de António Costa fue quedarse enquistado a la izquierda, ¿voy a hacer yo lo mismo ahora? Los partidos no pueden ser tan radicales, no debemos cerrar todas las puertas», ha dicho.

En la derecha, la crisis ha llegado en un momento de división interna en los principales partidos. El PSD está en medio de una guerra por la presidencia del partido y el CDS, clave para las alianzas aunque ha perdido peso, se encuentra en una situación similar y la dirección ha decidido aplazar el congreso previsto para noviembre para elegir presidente.

Solo al ultraderechista Chega, con el que el PSD no descarta negociar, se le augura un importante crecimiento en las urnas, por lo que quiere elecciones cuanto antes.