Pello Guerra

La personas atendidas por el Paris 365 de Iruñea aumentaron un 18,5% en 2020 por el covid-19

La pandemia del covid-19 también se ha hecho notar en el Paris 365, que en 2020 vio incrementado el número de personas atendidas para satisfacer sus necesidades alimenticias en un 18,5% respecto al año anterior.

Maite del Campo, nueva presidenta de la Fundación Gizakia Herritar-Paris 365 (en el centro), junto a varios miembros de su nuevo patronato. (NAIZ)
Maite del Campo, nueva presidenta de la Fundación Gizakia Herritar-Paris 365 (en el centro), junto a varios miembros de su nuevo patronato. (NAIZ)

Personas que a consecuencia del covid-19 habían perdido su empleo, estaban en ERTE y sin un colchón económico de apoyo, y con trabajos irregulares conformaron el perfil de los nuevos usuarios a los que el París 365 de Iruñea atendió en plena pandemia durante 2020 y que experimentaron un incremento del 18,5% respecto al año anterior.

Así lo ha explicado en rueda de prensa Myriam Gómez, coordinadora gerente, al detallar el balance de la actividad de este comedor social durante al año pasado.

En concreto, durante 2020 se repartieron un total de 44.688 desayunos, comidas y cenas, lo que supuso un incremento del 32,5% respecto a 2019. Además, a través de su servicio de despensa, se ofrecieron 3.061 cestas básicas, un 6,5% más que en 2019, atendiendo a 214 familias, un total de 854 personas, de las que el 45% eran menores de edad.

Estos servicios se mantuvieron en plena pandemia, ha destacado Gómez. En el caso del comedor, ante la imposibilidad de ofrecerla en sus instalaciones, la comida se entregaba en tuppers. Entre el comedor y la despensa, el año pasado se atendió a 1.200 personas

Esa labor fue posible gracias al trabajo de los voluntarios y a las donaciones, especialmente importantes tras la crisis vivida por el Paris 365 en 2019 y que estuvo a punto de poner en riesgo su continuidad. Gómez ha explicado cómo «las donaciones en especie se incrementaron en 2020 un 40% respecto al ejercicio anterior, procedentes tanto de empresas como de particulares y de iniciativas comunitarias».

Con la pandemia de covid-19 remitiendo notablemente en Nafarroa, se ha podido retomar la actividad presencial en el comedor e incluso la semana que viene está previsto «volver a salir a la calle con el programa de Sopa Caliente, un recurso que ofrece un caldo muy concentrado y caliente dos días a la semana a quienes pasan solos y en la calles las noches frías de invierno».

Mientras sigue recuperando la actividad cotidiana de apoyo alimentario a los más vulnerables que lleva doce años desarrollando, el Paris 365 va preparando el futuro, lo que encara con más tranquilidad tras superar el tremendo bache económico de 2019, gracias a la solidaridad recibida y a eliminar una serie de proyectos y reestructurarse, hasta alcanzar su actual «situación de estabilidad a nivel económico».

Renovación del patronato

Así la ha definido Maite del Campo, nueva presidenta de la Fundación Gizakia Herritar-Paris 365, que ha renovado su patronato equilibrando el número de mujeres y hombres,  incorporando «personas con nuevas perspectivas socioprofesionales que aporten nuevas ideas y puntos de vista a la entidad, y reforzando la presencia del euskara incorporando a euskaldunes».

Este órgano será el encargado de elaborar el nuevo plan estratégico «que dirigirá los pasos de la entidad hasta 2024», con un equipo «plural, en el que cada uno de sus miembros se ocupe de su parcela, la que más domina», ha explicado Del Campo.

Desde el París 365 han realizado un llamamiento para conseguir nuevos voluntarios que quieran colaborar con el comedor social, que ha mantenido su actividad en plena pandemia, «porque los trabajadores han estado al pie del cañón, han dado el callo, y se han ocupado de que esto no fallara asumiendo un riesgo al atender presencialmente».

Una labor fundamental, ya que, como ha explicado Myriam Gómez, «una vez terminado el confinamiento y las fases de desescalada, no se ha solucionado la situación, puesto que tras las olas, han llegado las resacas y ha habido mucha gente que se ha visto arrastrada a una mayor precariedad».