El Gobierno británico ha elevado este lunes el nivel de alerta de «sustancial» a «grave», lo que implica que la posibilidad de que se produzca un nuevo atentado es «altamente probable», tras la explosión de un vehículo ante un hospital en Liverpool registrada el domingo.

La ministra británica de Interior, Priti Patel, ha justificado el incremento en el nivel de alerta en el hecho de que se han producido dos atentados en el espacio de un mes en esta ciudad, en alusión al apuñalamiento el pasado mes del diputado conservador David Amess.

Ya entrada la noche, la Policía ha revelado que el sospechoso de perpetrar el ataque es Emad al Swealmeen, de 32 años, quien habría detonado ante el Hospital de Mujeres de Liverpool «un dispositivo de fabricación casera» que llevaba en el taxi en el que viajaba como pasajero.

Al Swealmeen perdió la vida a consecuencia de la explosión, mientras que el conductor, identificado por los medios británicos como David Perry, resultó herido. Los investigadores sospechan que Perry recogió al pasajero en la zona de Rutland y le llevó hasta el hospital.

«Se desconoce la razón por la que le llevó al Hospital de Mujeres, así como la razón de la repentina explosión», ha comentado un responsable policial.

El inspector jefe Andrew Meeks ha detallado que Al Swealmeen está conectado con las dos direcciones en las que la Policía está investigando por su relación con el ataque.

El domingo, las autoridades detuvieron a tres hombres de 21, 26 y 29 años por su presunta vinculación con estos hechos y este lunes se ha confirmado un cuarto arresto, el de otro joven de 20 años en Kensington.